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Güeñes planta cara al ‘bullying’ a ritmo de rap

Un concurso refuerza las actividades sobre acoso escolar en el colegio Eretza

Güeñes planta cara al ‘bullying’ a ritmo de rapE. Castresana

Güeñes- Verificar ser valiente no se hace rompiendo dientes, ni con la violencia. Yendo a por el más débil solo vas a demostrar tu falta de valentía. Respeta el aspecto, porque no son defectos, son solo simples diferencias. Es parte de la letra de la composición con la que Eneko Robledo, estudiante de segundo de ESO de 13 años del colegio Eretza Berri de Sodupe, ha ganado el concurso convocado para sensibilizar a los adolescentes sobre acoso escolar. Con el certamen culmina el trabajo realizado en las aulas durante todo el curso en el marco de un proyecto que impulsa la empresa Garrébil.

¿Cómo afrontar los conflictos? Las actividades que se engloban bajo este título, entre ellas el concurso de versos de rap, buscan “educar a los adolescentes en el diálogo, el respeto y la responsabilidad”, explican desde Garrébil, que trabaja desde hace años en centros escolares. No solo se detienen en la convivencia tras los muros del colegio, sino que también inculcan valores de igualdad y contra la violencia.

A la hora de abordar una temática tan delicada como el acoso escolar les han ayudado el actor Jon Urreta o el rapero Invert. Este es el nombre con el que se presenta en las batallas de gallos Endika Gutiérrez, ganador de esta pelea dialéctica en 2014. “Les explicó cómo en sus inicios se sentía rechazado por su afición”. En otra de las actividades del proyecto dividieron a la clase en tres grupos: acosadores, víctimas y los compañeros que presencian las humillaciones sin hacer nada o sumándose a ellas. “Todos nos metimos en todas las situaciones y nos ayudó a ponernos en el lugar de quienes sufren bullying”, confiesan Eneko y las finalistas del certamen, Irune Santorcuato y Lorea Uraga, también de 13 años, que empezarán segundo de ESO en septiembre.

Los tres manejan teléfono móvil y aseguran no haber vivido casos de acoso escolar en su entorno. “Hace años oímos hablar de una chica de otro colegio a la que le pintaban el jersey en las clases de plástica, pero nada más. Tenía su grupo de amigos”, recuerdan los chavales. “No hemos detectado casos de bullying como tal, más bien adolescentes que no encajan del todo en el grupo”, corroboran desde la empresa Garrébil. En cualquier caso, “desde hace casi una década” vienen utilizando una herramienta que se ha probado eficaz. Se trata del ikasle laguntzailea. Alumnos en los que sus compañeros se apoyan y que pueden mediar en la resolución de conflictos. Las víctimas encuentran en ellos un amigo al que confiar su sufrimiento y contribuyen a que los acosadores sean conscientes del dolor que causan. “No es un delegado de clase. De hecho, puede haber varios. Se eligen entre aquellos chavales que quieran participar y se les da formación una vez que son designados”, matizan.

Los versos que han compuesto Eneko, Irune y Lorea también “encierran mensajes contundentes” que visibilizan una realidad muchas veces oculta.