Igorre - El valle de Arratia ha logrado atraer a nuevos vecinos a lo largo de las dos últimas décadas hasta situarse hoy al filo de los 14.000 habitantes. Desde 1996 la población de las nueve localidades del valle han crecido en 2.200 personas en total, lo que supone un incremento de casi un 19% (18,68%) con respecto a la población que tenían a mediados de los 90. A pesar de que todos los municipios han ganado habitantes desde entonces, este crecimiento ha sido desigual y Lemoa ha aportado la mitad de estos nuevos arratiarras. Esta tendencia ha logrado frenar la dinámica en la que había entrado esta comarca en las décadas precedentes, ya que, con la excepción de Igorre y en menor medida Lemoa, todas las localidades venían perdiendo habitantes desde mediados de siglo.
Los datos demográficos de los años 90 en la mayoría de las localidades de Arratia invitaban al pesimismo y apuntaban a un paulatino despoblamiento de algunos municipios. Con la excepción de Igorre, en 1996 todas las localidades habían perdido población con respecto a las décadas 60 y 70, en algunos casos de manera muy llamativa. Incluso Lemoa tenía más habitantes en 1970 (3.127) que hace 20 años (2.468). Esta dinámica se ha interrumpido durante las últimas dos décadas y desde entonces todas las localidades han sumado habitantes, con Lemoa y Dima a la cabeza.
Estos dos municipios son los que más vecinos han ganado, sumando más de un millar en el caso de Lemoa y 400 en el de Dima, si bien en términos relativos es Arantzazu el municipio que más ha crecido. Esta pequeña localidad de 387 habitantes situada entre Igorre y Artea ha ganado casi un centenar de vecinos en 20 años, lo que supone un crecimiento del 34%. La localidad de Artea también ha aumentado su población por encima del 25%, pasando de 594 vecinos hace dos décadas a alrededor de 770 a día de hoy.
En todos estos casos, además, la población se ha rejuvenecido considerablemente, ya que, como se aprecia especialmente en el caso de Lemoa, los nuevos vecinos son sobre todo parejas jóvenes que han llegado a las nuevas promociones de viviendas construidas en los últimos años.
El caso de Lemoa es particularmente llamativo, ya que su población ha sufrido varios vaivenes a lo largo del siglo XX. La localidad llegó en 1970 a su récord de habitantes en todo el siglo pasado después de un crecimiento muy considerable durante décadas, favorecido por la pujanza de la industria ubicada en la localidad y el ferrocarril. A comienzos de los 70 Lemoa era el primer municipio del valle en habitantes, a pesar de que a comienzos del siglo XX era el cuarto. El municipio, sin embargo, comenzó a perder población en los años 70 tocando suelo entre mediados y finales de los 90. Desde entonces, la localidad ha sumado más de un millar de habitantes y ha multiplicado su peso en la comarca.
En el caso de Igorre, el municipio más poblado, el crecimiento ha sido mucho más moderado en estos 20 años. La localidad llegó a los 4.000 habitantes en 1996 y desde entonces apenas ha ganado un 7% de población, muy lejos del crecimiento que vivió entre los años 60 y 80, cuando se terminó de consolidar como la localidad más importante del valle.
Los datos de Ikuspegi reflejan que la inmigración extranjera ha tenido una influencia escasa en ese desigual crecimiento de población en Arratia según localidades. El municipio de Areatza cuenta con un 9% de personas con nacionalidad extranjera (un 9,9% de nacidos en el extranjero) y junto a la pequeña localidad de Ubide (9,4%) es el que concentra mayor inmigración, seguido de Igorre (8,3%) y Lemoa (7,6%). En el lado opuesto, localidades como Bedia (4,1%), Zeanuri (3,7%), Arantzazu (2,7%) o Dima (2%) cuentan con un porcentaje muy reducido de inmigrantes.
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