El maestro en vestir a medida a Uribe-Butroi
Iñaki Barkos, de 74 años, ha dedicado más de sesenta al oficio de sastre en su tienda de Mungia Reconocido en su tierra, el alfayate ha creado trajes para desfiles en Bilbao, Asturias y Barcelona
Zihara Rementeria
Mungia - Es uno de los pocos que conocen el oficio de sastre en Bizkaia y el único de Uribe-Butroi. Iñaki Barkos ha pasado toda una vida tomando medidas a conciencia, cortando tela con destreza y haciendo puntadas con buen pulso, dejando constancia de que la experiencia y los años trabajados aportan maestría en la faena. Hijo de sastre, heredó el oficio de su padre a temprana edad. “Cuando mi padre faltó, yo tenía 13 años y tuve que aprender a cortar las telas para poder entregar los trabajos que él tenía pendientes”, rememora.
A pocos días de cumplir los 75 años, Barkos recuerda sus primeras elaboraciones y su andadura formacional hasta llegar a convertirse en sastre. “Aprendí a coser en una escuela de la Casilla de la mano de Víctor López y después estudié en sitios como Barcelona, París y Milán donde profundicé en los estilos y la moda”.
Tras adquirir los conocimientos necesarios Barkos abrió la Sastrería Iñaki, su establecimiento y taller, hace ya cincuenta años en el centro de Mungia. Además de encargarse de su tienda, el maestro de las medidas realizó indumentarias tanto de hombre como de mujer para desfiles en Bizkaia, Asturias y Barcelona en los que impresionaba con sus trajes.
El oficio de sastre era más común en aquel entonces, “no había casi confección”, pero con el paso de las décadas fueron quedando pocos sastres en Bizkaia capaces de elaborar indumentaria a medida. Por ello, Barkos tuvo clientes de Mungialdea, Txorierri, Armintza y Galdakao que venían atraídos por su pericia y buen hacer. Aunque este es un oficio muy metódico y que requiere de gran paciencia, el establecimiento familiar sigue activo con su hija Iratxe al frente.
Mirando al pasado, el vital sastre relata cómo, pese a la creencia popular del sastre confeccionando trajes, “durante años he tenido muchos baserritarras que venían para hacerse el pantalón de mahón a medida y también los trajes de diario. La gente de antes no se arregla tanto con la cremallera y los pantalones estrechos de ahora, prefieren algo más cómodo” cuenta.
La ubicación de la tienda, junto a la parroquia de Santa María y San Pedro, ha llevado a circunstancias curiosas, como relata divertido el propio Barkos: “Hace años los novios venían a vestirse aquí antes de la boda, me pedían que les arreglara y al estar al lado se iban directamente caminando de la tienda al altar”.
Tantos años de trabajo dan para unas cuantas anécdotas y retos. Así, y pese al gran trabajo que lleva ejecutar un traje, el sastre logró elaborar uno en cinco días, un auténtico éxito. “Un hombre de Mungia que había ido a trabajar a América vino a visitar a su familia al pueblo por unos días. Le hablaron de la sastrería y vino un lunes para preguntar si podría hacerle un traje para el viernes. Trabajé sin descanso porque él se marchaba en avión y tenía que llevárselo. Al final lo conseguí, fue todo un récord” recuerda con orgullo y entre risas.
El dinámico mungiarra ha vivido la evolución del oficio de sastre y el estilo de moda desde cerca. La fabricación se ha mantenido con pequeños cambios aunque notables. “Aún recuerdo aquellas planchas grandes, que pesaban más de cinco kilos y con las que tenía que alisar las solapas, el cuello..., luego vinieron unas más modernas”. Mientras, la moda ha dado grandes giros, aunque según la experiencia del sastre “es un tema cíclico que siempre vuelve. De aquí a un tiempo volverá a llevarse el traje cruzado, ya lo veréis” afirma convencido.