Los arquitectos ganadores del certamen Gure Zura montan su estand 'Bricolaje Ecológico'
El proyecto promociona la madera vasca y estará visible hasta el viernes por la Semana de la Madera
Además de ser un instrumento de medida de precisión, un metro carpintero sirve para envolver, exponer y cubrir. Así resulta por lo menos en la forma en la que lo han planteado los arquitectos Peio Josepe López de Subijana, Ana Nicholson y Alejandro Conejo, quienes han ideado uno de estos objetos a gran escala para crear un estand itinerante con diferentes soluciones espaciales bajo el nombre Bricolaje Ecológico. El proyecto, que ha resultado ganador en el certamen Gure Zura que pretende promocionar la madera vasca, se instaló ayer en el centro de Bilbao, en Gran Vía esquina con Diputación, donde estará visible hasta el próximo viernes con motivo de la Semana de la Madera.
“A través de un elemento repetido como es un metro de carpintero gigante, se generan diferentes organizaciones espaciales; además sirve como discurso narrativo, un útil que se utilizaba para la madera”, explica Peio Josepe López de Subijana, una de las cabezas pensantes del proyecto, que adopta el aspecto visual de un artefacto urbano. Entre las razones para dicha morfología, destaca uno de los requisitos del concurso, que precisaba que debía plegarse con facilidad, ya que se trata de “un stand itinerante, no una cosa estática de un solo uso”.
“Había que hacer una reflexión sobre la transportabilidad y la multiplicidad de espacios. Las piezas, por ejemplo, van recogidas en un marco que se llama packaging, es la manera de empaquetar los pórticos”, revela el arquitecto respecto al marco que funciona para trasladar la estructura repetida en varias cajas. A su vez, las maderas que configuran el marco donde van guardadas las piezas cuando el stand está montado tienen un doble uso, porque funcionan como accesorios al ser también piezas de ensamblaje como rampas de acceso, mesas o bancos. “Todas las piezas tienen un doble uso. Es importante que con una idea simple se resuelvan todos los condicionantes que se marcaban en el concurso”, advierte.
Entre los requisitos que debían cumplir las propuestas destaca como indispensable el uso de la madera local. Por ello, “las especies con las que se podía hacer el stand eran alerce, haya, roble o pino”, indica el joven arquitecto. Aunque en un principio pensaron realizar la base de roble, “porque pesa más, es más noble y resiste mejor las inclemencias metereológicas”, finalmente se decantaron por el pino radiata, “una especie muy común que no tiene unas características especialmente buenas, pero es el que más se produce en el País Vasco”. Ese hecho, precisamente, provoca que su coste sea inferior al de otras maderas, lo que ha sido un “factor determinante” a la hora de elegirlo ya que el presupuesto permitido era de 12.000 euros.
La sostenibilidad ha sido otro de los puntos a tener en cuenta. “La madera empleada tiene un sello que certifica que está gestionada en un bosque sostenible, incluso el tratamiento de la madera se ha hecho en una empresa de Orozko”, asegura López de Subijana, quien habla en términos de “madera kilómetro cero” al tratarse de un material con el “que se intenta dejar la menor huella posible en todas las fases que forman parte del proyecto, desde la idea hasta el suministro”.
Proyecto real Además de para la Semana de la Madera, está previsto que el stand cuente con más usos en diferentes eventos como pueden ser ferias de turismo o fiestas populares. “En cada una podrá tener diferentes configuraciones. En esta ocasión, al estar a la intemperie, será un espacio cubierto como un túnel donde no llueva dentro”, relata el portavoz del grupo ganador del certamen que ha ideado un sistema de impermeabilización para que las inclemencias metereológicas no supongan un problema.
Entre las dificultades que han encontrado en la realización del estand, López de Subijana subraya la celeridad con la que han tenido que realizar la fabricación y el montaje del mismo. “Solo hemos tenido un mes, hemos ido a contrarreloj”, indica. Tal y como concreta el arquitecto, el grupo ha participado íntegramente en la gestación del estand. “Hemos intervenido en todas las fases y hemos tenido siempre la última decisión”, explica el arquitecto, mientras destaca la ilusión con la que todo el grupo, donde cada un ha cumplido un rol diferente, se ha encomendado al proyecto. “Ha nacido por iniciativa propia, tras haber metido horas extras en los fin de semanas que nos reuníamos”, señala López de Subijana, quien se muestra entusiasmado por haber dispuesto de una cantidad económica para poder llevar a la realidad un proyecto propio, “con todo lo que ello conlleva”.
Capacidad de desarrollo El certamen Gure Zura, organizado por organizado por Baskegur, el Colegio de Arquitectos Vasco Navarro, PEFC Euskadi y HAZI, contó con la participación de 25 proyectos, “todos ellos de gran calidad”. El proyecto Bricolaje Ecológico obtuvo el premio después de que el jurado considerase que se trataba de la propuesta más “rotunda, sensible, interesante por su diseño sostenible y su capacidad de desarrollo”. Según afirmaron, se trata de un proyecto cuyas formas se asemejan a un metro carpintero plegable, es “variable, polivalente y multiplicable mediante un elemento que se repite para configurar múltiples espacios con sencillas operaciones”.
En palabras de Reyes Urbizu, Directora de Baskegur, Bricolaje Ecológico destaca por su versatilidad. “Se puede configurar de múltiples maneras, permite adaptarlo a cualquier espacio de una forma muy sencilla y permite crear distintos espacios con su estructura. Se pueden crear espacios abiertos o cerrados que quedan perfectamente impermeabilizados con una lona translúcida muy fácil de colocar”, indica mientras destaca que la idea es “darle más usos en las distintas actuaciones que se promueven desde la asociación Baskegur, acciones divulgativas y de sensibilización sobre la madera”.