durango - Contar con la ayuda de los vecinos para llevar a cabo trabajos que repercutan de manera positiva en la comunidad es el objetivo de los auzolan, que cada año atraen a más personas que ceden su tiempo en beneficio de todos. Cada vez son más las entidades públicas y privadas que convocan a los ciudadanos a tomar parte en estas labores. Una de las últimas ha sido el Ayuntamiento de Mañaria, que citó a sus vecinos para que limpiaran las calles tras las noches festivas. O elsábado mismo, que haciendo caso al llamamiento del colectivo Atakaba, las personas se acercaron para recuperar la isla de Garraitz en Lekeitio.
De unos años a esta parte, la antigua costumbre que reunía a los vecinos para realizar tareas en los pueblos está en auge. Ahora aquellos antiguos trabajos se denominan auzolan, y fundamentalmente se desarrollan en las comarcas de Arratia, Durangaldea y Kostaldea. Los llamamientos a la cooperación, en pro del civismo, se hacen con un objetivo claro: conseguir que entre los vecinos se realicen trabajos municipales mientras “se hace pueblo”. Estas tareas, además, cumplen una doble función. Suponen un ahorro para las arcas públicas y fomentan las relaciones entre los vecinos.
“En el caso de Mañaria el propósito era, sobre todo, concienciar a la población del comportamiento incívico que lleva a llenar de basura las calles durante los días de fiestas”, señalaron fuentes municipales. Como contraprestación, todos los vecinos fueron invitados, todos los días, al desayuno. Endika Jaio, alcalde de la localidad, hizo una valoración positiva del encuentro. “Se reunieron en torno a cinco o seis personas durante todos los días. Se trata de un auzolan que se viene haciendo desde hace años, pero en esta ocasión se ha hecho público y lo hemos metido, por primera vez, en el programa de fiestas como un acto más. De todas formas en Mañaria tenemos más convocatorias de este tipo. De hecho, todos los meses de junio nos juntamos dos fines de semana, unas cincuenta personas, para llevar a cabo la limpieza de los caminos”, apunta Jaio.
crisis El alcalde mañariarra confirma que la puesta en marcha de los auzolan hace cuatro años fue una respuesta ante la mala situación económica por la que atravesaban los ayuntamientos. “No eran momentos buenos y estos actos de voluntariado consiguen que ahorremos dinero y que recuperemos una costumbre vasca de hace muchos años. Yo recuerdo a mis aitites cuando solían ir a los auzolan a limpiar los montes. Gracias a estos trabajos se fomentan las relaciones y se llegan a conocer los vecinos de distintos barrios de la localidad”.
Pero Mañaria no es el único municipio que impulsa este antiguo modelo social que se quiere recuperar. El Ayuntamiento de Zaldibar hizo también un llamamiento durante el pasado invierno para que conjuntamente con los vecinos se pudieran librar las calles de la cantidad de nieve acumulada. En Igorre se llevó a cabo la limpieza de varias fuentes o en Lekeitio, el pasado sábado, la agrupación Atabaka volvió a convocar una jornada de voluntariado, con el objetivo de recuperar las inmediaciones de las ruinas del convento y la zona del cuartel.
La alcaldesa de Zaldibar, Arantxa Baigorri, apunta que “este dinero que conseguimos ahorrar podemos invertirlo en otros cosas que sean más beneficiosas para los vecinos. Mi valoración es muy positiva y seguiremos apoyando y organizando estas iniciativas”, explica.
arraigo histórico Pero aunque este trabajo comunitario se haya dado a conocer en los pueblos y ciudades, es una costumbre que se viene ejerciendo desde hace décadas. El arraigo era mayor en núcleos rurales donde el mantenimiento y los arreglos de los caminos eran indispensables y, sobre todo, cuando los ayuntamientos no podían responder a esas tareas. “Se tiene constancia de que los auzolan se pusieron en marcha en tierras navarras y posteriormente en el resto de territorios. Es una forma de hacer pueblo que estaba olvidada. En Zaldibar esta costumbre se recuperó hace diez años, cuando nos citaron para recuperar una calle de la localidad”, recuerda Delfín Zubiaurre, vecino de la localidad que hace seguimiento a los auzolan a través de su blog Mendiurdiña.
Según los historiadores, el auzolan “es el sistema de trabajo de una sociedad organizada en comunidades que se entienden, entre ellas, como colectivos de vecinos. De ahí el propio nombre del auzolan: trabajo de vecinos. Aunque la traducción habitual sea trabajo comunitario o prestación personal, la traducción literal es la de trabajo de vecinos o entre vecinos. Una de las figuras claves de la sociedad vasca, José Miguel Barandiaran ya señalaba que la vecindad, más allá de tratarse de las relaciones de personas que viven unas al lado de otras, implica unas relaciones estrechas y bien definidas por la tradición, y que impone deberes y disfrutes.
De momento, la mayoría de los municipios que invitan a participar de los auzolan son núcleos pequeños y sus responsables creen que su traslado a localidades más grandes “parece bastante improbable, ya que las relaciones entre vecinos se pierden en las grandes urbes”.