JESÚS María Platón fue un niño muy precoz en las artes marciales. A los 3 años se inició en el karate; a los 11 comenzó a competir; a los 15 se convirtió en profesor y a los 18 años montó su primer gimnasio y entró en la élite de la competición. Llegó a ser campeón de España, de Europa y del mundo en diferentes modalidades. Esa trayectoria profesional y competitiva le ha dado la oportunidad de viajar por medio mundo, algo de lo no que no se cansa porque así puede “descubrir nuevas personas”. Pero la actividad de Jesús María no se limita a las artes marciales. Combina las clases con su labor social en el ámbito de la solidaridad, colaborando con diferentes ONG y asociaciones. Y el tiempo que le queda libre lo dedica a sus dos grandes pasiones: el teatro y el clown. De este último arte escénico dice que “es de las cosas más maravillosas que he conocido”. Todo le sirve para aplicarlo en los cursos de coaching o autodefensa que imparte, lo mismo a profesores o periodistas que a mujeres víctimas de violencia de genero.
La oferta de unas clases de karate en el pabellón de La Casilla cuando Jesús María apenas levantaba unos centímetros del suelo marcó el inició de una exitosa carrera profesional en el mundo de las artes marciales. “Desde el principio me enganchó”, confiesa, “porque me lo pasaba muy bien y estaba muy a gusto”. Su hábitat era el tatami. Primero practicando karate, deporte en el que a los 16 años consiguió el cinturón negro, y posteriormente en otros tipos de lucha. Su progresión deportiva llegó en pocos años a traducirse en campeonatos de España y Europa, pero no solo en karate, también en Taekwondo, Full Contact o Kick Boxing. Su curiosidad era infinita, y si era necesario se iba a vivir una temporada a Tailandia para aprender el Tai Boxing, por ejemplo. Hasta que un día descubrió el Mugendo. Fue en Inglaterra durante la celebración de una campeonatos. “Vi al equipo inglés”, recuerda, “y dije: esto es lo que yo quiero hacer”. Así que se puso a aprender. Veinte años después es un reputado profesor de este arte marcial que combina “el desarrollo físico, personal y la defensa”. Mugendo, según explica Jesús María, significa Camino ilimitado. “El mensaje es que nunca terminas de aprender”, resalta. Además quiere dejar claro que a pesar de ser un arte marcial, “lo bueno de Mugendo es el trabajo pedagógico que hay detrás”. Por eso insiste en que “trabajamos mucho los valores, la autoestima, el respeto, la disciplina?no sólo las técnicas de brazos y piernas”.
Escuelas Pues algo debe tener el Mugendo porque Jesús María no para de abrir gimnasios, palabra que no le gusta. Prefiere denominar “escuelas” a sus centros. El caso es que por las seis escuelas de aprendizaje que tiene en Bizkaia pasan más de 1.400 personas al año. “Yo creo que el éxito está en la gente que prueba el Mugendo, que le aporta muchas cosas a la persona, y luego lo comenta con los amigos, así que luego se transmite por el boca a boca”. Porque lo que quiere destacar es que en sus escuelas de Mugendo “hay un buen ambiente, el que genera la gente con su energía positiva”.
Jesús María disfruta dando clases porque “lo que más gusta es estar con las personas”. Pero también hace otras muchas cosas. Por ejemplo, colabora con una ONG que tiene un orfanato en Argentina o con asociaciones como San Filippo, Síndrome de Down o de disminuidos físicos. “Trabajar hacia el desarrollo social siempre me ha movido”, dice. Por eso intenta participar en “eventos solidarios” así como promover cursos antibulling en colegios. Cuando todos esos compromisos se lo permiten, también participa en las juntas de la asociación de comerciantes BilbaoCentro. “Tengo la suerte de poder estar y compartir ideas con gente de diferentes gremios, es muy interesante”, dice. Pero lo que más le gusta hacer cuando tiene un hueco en su agenda es actuar. “El teatro y el clown son mis hobbies”, confiesa, “porque todo lo que tiene que ver con las artes escénicas me apasiona”. Desde hace seis años realiza “cursos intensivos ”. Conocimientos que luego los aplica en los cursos de coaching en Escuelas de Negocios, donde también da clases. Sobre el clown dice que le “aporta mucho y es una de las cosas más maravillosas que he conocido”. Aun así, Jesús María no para. Dentro de poco ira a Inglaterra para profundizar en el Mugendo con el maestro japonés al que sigue. Su futuro es seguir trabajando en “una escuela de desarrollo integral donde poder aunar las artes escénicas y las artes marciales del Mugendo”.