AYER la cita era con una dama que se viste de cristal y titanio. Por eso se acicalaron a conciencia, como siempre que tienen una quedada importante. Llevaban camisa blanca impecable. Chaqueta de postín. Zapatos resplandecientes. Y por supuesto, las gargantas bien afinadas y las pajaritas bien anudadas. Y es que, ayer el Coro Biotz Alai ofreció un concierto sacro en la Residencia de los Padres Jesuitas de Bilbao. Y esta cita con la villa más chula del mundo exigía que cada uno de los componentes de esta agrupación musical echaran el resto para presentarse con esa prestancia que solo tienen los chicos de Algorta. Fueron muchas las personas que acudieron a disfrutar de este concierto coral, como Ana Rivera y Blanca Gorostiza, o María Ángeles Zarraga, que acudió con Begoña Estívaliz e Iñaki Bengoa.
Fueron muy tempraneras María Ángeles Domecq, Elena Urkijo y Carmen Antxia, así como Blanca Larrazabal y Garbiñe Etxabe. También asistieron María Jesús Abaroa, Ana María Abaroa y Julia Serrano, y acudieron en cuadrilla María Jesús Marina, María Jesús Burón, Maribel García-Escudero, Ikerne Batarrieta, María Luisa Ceballos, Eguzkiñe Eguileor y Teresa González.
Fueron algunas de las muchas personas que escucharon este coro compuesto entre otros por Xabier Agirre, Esteban Alboniga, Goio Aldama, Aitor Aramburu, José Bilbao, Ignacio Díaz-Emparanza, José Luis Erkoreka, Asier Kareaga, Carlos San Nicolás, Jon Telletxea y Gorka Urrutia, así como Alberto Aguado, Toño Crespo, Iñaki Doncel, Jesús Mari Enzunza, Koldo Báez, Txema Berasaluce, Fernando Álvarez, Iñaki Unibaso, Fernando Sangroniz, Jon Ortiz de Zarate, Xabier Monguelos, Gotzon Lores, Andrés Izarra, Iñaki Zarate y así un montonazo de voces guapas, hasta cincuenta, que no caben todas en una crónica. Todos ellos bajo la dirección de Josu Soldevilla. Estuvieron acompañados por Pedro Gualler al piano y por los flautistas Karmele Agirre y Unai Andrés.
Todos ellos hicieron alarde de gargantas con pajarita y con mucho corazón.