DE parado de larga duración y sin esperanzas de inserción en el mercado laboral a un contrato indefinido y con un trabajo que se adapta a sus capacidades. Es el giro de 180 grados que en 2002 dio la vida de Iñigo Enparantza -49 años y residente en Bilbao- después de llamar a diferentes puertas, presentar numerosos currículums y no llegar a superar, en ningún caso, las entrevistas y procesos de selección. "Entonces mi padre me llevó a que valoraran mi minusvalía y gracias a la Fundación Eragintza logré entrar en esta empresa por un periodo en prácticas. Desde entonces llevo ya un total de diez años, de ellos siete seguidos", afirma con satisfacción.

Iñigo es uno de los 126 trabajadores de la lavandería Lavanindu, centro especial de empleo ubicado en Arrigorriaga, cuyo consejo de administración está formado en un 50% por la Diputación Foral de Bizkaia y en otro 50% por la Obra Social de la BBK. El principal objetivo de la empresa, fundada hace 22 años, es la inserción socio laboral de personas con algún tipo de discapacidad. "En este caso, tiene la particularidad de que el 56% son personas con enfermedades mentales", destacó la diputada foral de Bienestar Social, Pilar Ardanza, durante la visita que realizó ayer a la empresa acompañada de Xabier Sagredo, presidente de BBK, y de Miguel Ángel Núñez, director de Avifes (Asociación de Familiares de Enfermos Psíquicos de Bizkaia).

Para Iñigo, acudir cada día a su puesto de trabajo es muy gratificante. Se siente valorado por sus jefes y compañeros y resalta que "el ambiente es de mucha camaradería, agradable y muy bonito". Además, y como valor añadido, no siente ningún tipo de inseguridad laboral. "Me sigo viendo aquí en el futuro. La empresa ha resistido lo peor de la crisis y estoy seguro de que vamos a seguir teniendo trabajo".

apuesta de diputación A esta estabilidad laboral para las personas con discapacidad está contribuyendo, sin duda, la Diputación de Bizkaia. "Para este 2014 mantenemos el compromiso de sufragar los costes de los centros ocupacionales y de los centros especiales de empleo de bajo rendimiento con un presupuesto de 9,1 millones de euros y vamos a alcanzar los 1.296 plazas ocupacionales, 16 más que el ejercicio anterior", anunció Pilar Ardanza. Y es que la apuesta de la administración foral por las empresas sociales es firme. "Son una de las mejores herramientas para la integración de las personas con discapacidades o enfermedades mentales y para lograr un territorio mucho más solidario, justo y humano", añadió.

Empresas como Lavanindu hacen posible que esos importantes programas de inserción socio laboral sean una realidad. Empezó con 30 personas, "en 2007 teníamos 80 trabajadores, y en estos años de crisis hemos conseguido incrementar la plantilla hasta los 130 trabajadores", indicó su presidente, Carlos Castellanos, que además resaltó la apuesta de la firma por la estabilidad del empleo. "El 80% son fijos, todos vienen muy contentos, su actitud ante el trabajo es muy positiva y el absentismo laboral muy bajo, en torno al 5%".

Pilar Ardanza quiso también destacar que Lavanindu, como cualquier otra empresa, persigue la obtención de beneficios "pero siempre se invierten en mejoras de las instalaciones y en la creación de más empleo y de calidad".