Lezama. HAY lugares que marcan con fuerza la idiosincrasia de una localidad. Y uno de ellos es, sin duda, la escuela. La escuela de un pueblo es ese foro donde confluyen generaciones de chiquillos para forjar su formación y su futuro. Y con el tiempo, en la memoria de todos los alumnos que pasaron por esas aulas, quedan recuerdos con olor a tiza, pizarra y lápices de colores. Lezama es uno de esos pueblos en los que la escuela ha sido y es un punto clave dentro de la vida de la localidad; es uno de esos pueblos de Euskal Herria que vivió en sus carnes el trance de una Guerra Civil que dejó a la localidad sin aulas y con el lacerante dolor de muchas ausencias.

Ahora, un documental recoge toda la historia de la educación en Lezama, desde esos duros tiempos de la Guerra Civil y hasta nuestros días. Se trata de un trabajo que ha llevado a cabo el músico lezamarra Gaizka Peñafiel. Él ha sido el director, guionista, editor, cámara y técnico de esta película titulada 50+25 y que ha visto la luz coincidiendo con la celebración del 25 aniversario de la actual escuela de Lezama. La trayectoria vital de Peñafiel está fuertemente unida a Lezamako Eskola, ya que además de alumno, realizó sus prácticas de maestro en este centro. "Esta última etapa fue un punto de inflexión en mi vida y mis prioridades cambiaron. Es entonces cuando me di cuenta de que esta escuela necesitaba un homenaje más allá del aniversario, en este caso en forma de documental", explica.

Así que, hace cosa de dos años Peñafiel le comentó la idea a un maestro que lleva más de 25 años en Lezama impartiendo clases y con su empujón inicial comenzó todo. "Ha sido una forma de devolver a la escuela parte de lo que me dio y, sinceramente, ha sido un placer dar forma a los recuerdos de cientos de lezamarras", asegura.

Documentación La principal fuente de documentación para la elaboración de este documental han sido los testimonios de los propios vecinos de Lezama. "En total he recogido quince testimonios de exalumnos, profesores y miembros del AMPA de diferentes etapas. Ellos han sido el hilo conductor del documental, enfatizando lo que creían importante y abriéndome el camino para realizar el guión", narra el autor de este documental. Así, pues, han sido ellos los que han aportado sus historias, anécdotas e imágenes para el trabajo, que se ha grabado en su casi integridad en Lezama, ya que, al margen de la educación, el documental también refleja elementos que han forjado el carácter de Lezama, como la agricultura, el euskera o el Athletic. Además, para ambientar la época de la educación en la dictadura, Peñafiel se trasladó al museo etnográfico de Artziniega, donde rodó imágenes de la reproducción de un aula a mediados del siglo XX.

Uno de los aspectos que llama la atención de este documental es su título. Con esta suma, 50+25, el autor trata de unir una operación matemática que evoca una clase en las aulas, con los años que lleva en marcha la educación en Lezama. "25 años son los que cumple la escuela actual pero la educación en Lezama es mucho más antigua y como iniciamos el viaje poco antes de la guerra me pareció una forma idónea de plasmar esa perspectiva", explica Peñafiel. "El saber de dónde venimos es la base de este trabajo y para eso hay que retroceder al que por desgracia fue el momento más oscuro que recuerda nuestra tierra", añade.

De este modo, los testimonios más llamativos y emocionantes del documental son precisamente los aportados por los lezamarras más mayores, aquellos a los que les tocó vivir una dura infancia sumida en la Guerra Civil. "Y aún así son capaces de recordar los buenos momentos y arrancar carcajadas a los espectadores", recalca Peñafiel.

Y así, se repasa los diferentes centros educativos que ha habido en la localidad, como la escuela que antes de la guerra se encontraba en el antiguo Ayuntamiento y que fue destruido en un bombardeo. "Hasta que se construyó el nuevo Ayuntamiento, que está más o menos donde se encontraba el anterior, parece ser que no hubo ningún tipo de enseñanza en Lezama", expone Peñafiel.

"Conviene recalcar que en esos momentos muchas familias tuvieron que salir fuera de sus casas y que la guerra dejó una huella imborrable en forma de fallecidos y prisioneros", añade, dejando constancia de la herida que la contienda provocó en este pueblo más allá de lo educativo. Y después, la película recoge la educación en la dictadura, autoritaria, impositiva y donde el euskera quedó totalmente anulado. "Junto con la democracia la educación cambio muchísimo y la implantación del modelo D, que en Txorierri comenzó en Lezama, supuso un salto vital", explica el autor del documental.

Cuatro escuelas Así pues, este es todo un viaje a través de las vivencias y la historia que se han tejido, entre otros lugares, en torno a las cuatro escuelas públicas registradas en Lezama: la que estaba ubicada en el Ayuntamiento antes de la guerra, la que posteriormente se puso en marcha en el edificio consistorial actual, la escuela de barrio de Goitioltza y la actual Lezamako Eskola. El documental también recuerda a los alumnos y profesores que ya no están. "Pese a ser duro, creo que es importante comprobar que no nos olvidamos de ellos", explica Peñafiel.

Este filme se presentó en la Kultur Etxea de Sondika el pasado mayo en un pase en el que se vivieron muchos momentos de emoción. Este fin de semana se ha vuelto a proyectar en Lezama con motivo de la fiesta de aniversario de Lezamako Eskola. No obstante, el día que la escuela cumplirá exactamente 25 años, el 11 de septiembre, se presentará en DVD para que los interesados puedan adquirirlo.