Lezama

LLEVA 25 años educando a los chavales del pueblo en clave integradora y de pluralidad. Durante este tiempo Lezamako Eskola ha sido la que ha forjado cimientos de futuro en la localidad, y más allá de lo educativo, ha sido y es uno de los elementos aglutinadores por excelencia del pueblo. "La verdadera cantera de Lezama es la escuela, ya que es el presente y el futuro del municipio", aseguran Esther Irazabal, directora del centro, y Gaizka Peñafiel, miembro de la plataforma Lezama Ereiten.

Ahora, a las puertas de cumplir un cuarto de siglo de existencia, Lezamako Eskola con Lezama Ereiten, el AMPA y otras agrupaciones del pueblo, están organizando toda una serie de actividades para celebrar esta cifra redonda; unas actividades que tendrán su punto culminante el próximo día 15 de junio con una gran fiesta de aniversario en la escuela que incluirá muchas propuestas, como hinchables para los niños o una romería a cargo del grupo Boston Jai. "Será especialmente significativa la comida popular que realizaremos en una gran carpa allí mismo", explican los organizadores. Irazabal y Peñafiel destacan la gran implicación que han demostrado los alumnos del centro en la puesta en marcha de todos los actos de aniversario. "Los chavales son la principal razón y los que dan sentido a esta celebración", resaltan, y ponen en valor también "la labor del AMPA y sobre todo de parte del profesorado".

Lezamako Eskola se inauguró el 11 de septiembre de 1988 y por aquel entonces estaban matriculados cerca del centenar de chavales. Hoy cuenta con 161 alumnos que van desde los dos hasta los doce años.

Esta escuela se puso en marcha debido a los problemas de espacio que empezaron a darse en el antiguo centro, que en los años 80 se encontraba ubicado en el edificio del Ayuntamiento. El pueblo comenzó a crecer demográficamente y hubo que construir una nueva infraestructura. "Sin olvidar el riesgo que corrían los niños que entonces estudiaban en la plaza junto a una carretera muy transitada", explican Irazabal y Peñafiel. Además, con en el tiempo, la nueva escuela aglutinó también a los chavales que estudiaban en la escuelita que había en el barrio de Goitioltza, que concentraba a los alumnos de la zona más rural y que cerró en la década de los 90.

Hoy, Lezamako Eskola apuntala su voluntad de seguir siendo ese elemento de unión, la casa de los niños y familias de Lezama. "La escuela es posiblemente el edificio que más gente aglutina de Lezama; de edades, ideologías y culturas diferentes", explican Irazabal y Peñafiel.

Ahora, el principal reto de Lezamako Eskola es el de "garantizar una educación pública y euskaldun de calidad, inculcar la identidad propia del pueblo y también cuidar y fortalecer el euskera de Lezama". Así, Irazabal y Peñafiel recuerdan que este centro da cabida todos los niños y niñas, respondiendo a todas y cada una de sus necesidades. "Todo esto con la dificultad que suponen los recortes y la nueva Ley de Educación. Esperemos que con la ayuda de todos no llegue a buen puerto", concluyen.