Nosotros, aquellos a quienes encontraste la vocación dramática que llevábamos dentro sin saberlo, queremos agradecértelo de corazón..." Bien pudiera ser este el comienzo epistolar (ya sé que no se estila escribir cartas: me puede la nostalgia...), de lo vivido ayer en el auditorio de la Alhóndiga, donde Producciones Solidarias Lizarralde & Compañía homenajeó, en las previas de una función benéfica, al hombre que les metió el veneno del teatro hace años: el jesuita Gregorio Lizarralde. Fue un homenaje por sorpresa, como debieran serlo todos. No por nada, ese es el aliciente, la sal nuestra de cada día.
Salió a escena el obispo de Bilbao, Mario Iceta, para decir unas palabras elogiosas hacia el sacerdote socarrón. Y lo hizo, también, la actriz Gurutze Beitia, para leer los versos de Hermosura, un poema de Miguel Hernández que acostumbran a llevar los jesuitas en el breviario y que concluyen así: "Vuelvo a ser hombre./Y ahora dime,/Señor, dime al oído:/¿Tanta hermosura/Matará nuestra muerte?" A ello hubo que añadir las voces cantantes de la Scola Cantorum, que interpretaron parte de la banda sonora de la película La Misión y un pasaje de Carmina Burana. El hombre se emocionó.
Fue un acto de justicia y el preámbulo de la representación de la obra de teatro de Enrique Jardiel Poncela, Un marido de ida y vuelta, a beneficio de la Hospitalidad Vizcaina Nuestra Señora de Lourdes, una institución creada en 1984 y que en octubre de este año viajará de nuevo a tierras francesas, con cien enfermos, 200 voluntarios y otros tantos peregrinos. El presidente de la Hospitalidad, Pablo Garamendi, vivió la cita emocionado, junto a su esposa, Sofía Smith, y la doctora voluntaria, Begoña Ruiz, entre otra gente comprometida.
Con el doctor Ricardo Franco Vicario al frente del reparto (en esta ocasión contaron con el cameo de Alex Antúnez y Juan Carlos Txirapozu, Tximu, de la peña Piru Gainza...) y la actriz Gemma Martínez en la dirección, Iñaki Astigarraga, José Luis Neyro, Eli Anduiza, María Jesús Fernández, Fran Bilbao, Inge Gabiria, José Luis Cuesta, Begoña Aguirre, Nuria Muñoz Seca, José Andrés Zalduegui, Pilar Echeberria, Jaime Vilallonga e Isabel de la Brena salieron a escena en una tarde marcada por la emotividad.
Testigo de cuanto les cuento, del sentido homenaje y la descacharrante obra teatral, fueron Itziar Urtasun, Cata Olabarri, Rosi Castaneira, Carmen Urrestarazu, la princesa Carla Royo Vilanova, Cornelia Negueruela, Víctor Pérez, Itziar Fernández, Josu Landaluce, Ángel Echevarria, Javier Mendiguren, Isabel Argoitia, Nahia Egaña, José María Alonso, Ignacio Mendibelzua, Joseba Igartua, Javier Acha, Cristina Fernández, María José Gutiérrez, que ha visto la obra en tres ocasiones, Maite Olabarria, Carmen Azkunaga, Idoia Olmos y un buen número de espectadores que se acercaron a vivir de cerca el espectáculo, entre el lagrimón y la carcajada.