Bilbao. La Autoridad Portuaria de Bilbao (APB) centralizará todas sus oficinas en el rascacielos de cristal que tiene en los muelles de Santurtzi y abandonará las dependencias que históricamente ha ocupado en el Campo Volantín.

La fecha prevista para la mudanza por el equipo del nuevo presidente de la entidad, Asier Atutxa, es el próximo mes de junio y supondrá que el coqueto palacio Olabarri, donde ahora tiene sus oficinas el staff directivo y varios departamentos de la entidad, se recicle para nuevos usos protocolarios.

Esta ha sido una de las primeras decisiones tomadas por Asier Atutxa, el nuevo presidente de la entidad. En declaraciones a DEIA, considera que "el negocio hay que vivirlo y, por ello, hay que estar donde está la actividad. No podemos estar en el centro de Bilbao sin ver atracar barcos ni mover un contenedor. La actividad está en Santurtzi y Zierbena, y allí nos iremos, donde tenemos desde hace tiempo unas fantásticas oficinas". También apostilla que "en los tiempos que corren no nos parece oportuno estar en dos sedes".

El bloque de Santurtzi es un edificio moderno y con fachadas de vidrio, terminado de construir en 2009, y ocupado desde enero de 2010 por buena parte de los departamentos que integran la Autoridad Portuaria de Bilbao. Entonces se trasladaron los empleados que ya trabajaban en otras dependencias de los muelles, además de algunas áreas ubicadas en la sede bilbaina. Sin embargo, tanto la presidencia como su equipo de alta dirección, las áreas comercial y de finanzas, junto a parte del departamento informático, entre otros, han seguido trabajando en la sede del Campo Volantín. En la próxima mudanza se trasladarán cerca de 50 empleados de los 275 miembros de la plantilla de la APB.

A partir de junio es cuando se trasladarán todas las áreas que operan en Bilbao, así como el propio despacho del presidente Atutxa. Según ha indicado a este periódico el nuevo responsable portuario, "podremos mostrar a las visitas que somos un puerto con historia, que esa historia está vinculada a Bilbao, villa a la que el Puerto dio nombre en el año 1300; pero en Santurtzi les enseñaremos que somos un puerto con futuro. Lo uno es compatible con lo otro".

El esbelto minirrascacielos de 13 pisos de altura destaca entre los edificios y pabellones de una sola planta que lo rodean en las dependencias portuarias de Santurtzi, muy cerca del acceso principal a los muelles. Atutxa considera que con toda la plantilla en estas instalaciones "se generarán, sin duda, más sinergias entre el equipo y se ganará en efectividad".

Por lo que se refiere al palacio Olabarri, la intención del Puerto de Bilbao es mantener su propiedad y utilizarlo como sede de representación y protocolo, desapareciendo las zonas de trabajo actuales. En este simbólico edificio se recibirá a personalidades que vengan a visitar el puerto y se convocará en ocasiones especiales al consejo de administración de la entidad. Asimismo, se mantendrá la sede de la Fundación Puerto y Ría de Bilbao y de Servicios Integrales Vitoria Depot.

Venta o alquiler El coqueto palacio seguirá en manos de la APD y no saldrá a la venta como se hizo en 2008 cuando se previó el traslado integro de la entidad a Santur-tzi. Entonces, varias empresas se interesaron por el edificio e incluso una de ellas se comprometió por escrito por el entonces presidente José Ángel Corres. Sin embargo, llegó la crisis y la oferta de compra se desvaneció para siempre.

La que sí saldrá al mercado inmobiliario es la parte moderna de la sede, igual que ocurrió hace cinco años. Cuando en 1953 el Puerto de Bilbao compró el edificio histórico construyó adosado al mismo unas instalaciones modernas, de 6.000 m2 de superficie, necesarias para albergar a todos sus empleados.

La APB ya ha comunicado al Ayuntamiento de Bilbao la intención de enajenar esta parte moderna, la cual "es idónea para la instalación de nuevas empresas que quieran desembarcar en Bilbao, se puede vender o alquilar, y ya le hemos dicho al Consistorio que lo tenga en cuenta". Por ello, una vez efectuada la mudanza, se inscribirán dos escrituras segregadas de ambos bienes, el palacio Olabarri del número 35 del Campo Volantín y el edificio añadido con el número 37 de la calle Huertas de la Villa.

El edificio construido en 1897 por la familia Olabarri es especial, ya que cuenta con un alto grado de protección por parte del Departamento de Cultura del Gobierno vasco; cualquier intervención, por nimia que sea, tiene que contar con el visto bueno de la Dirección de Patrimonio Artístico. De hecho, cuando el Puerto acometió en 2004 varias reformas tanto en el interior del edificio como en el exterior el coste se elevó a 1,34 millones de euros por las restricciones impuestas.