NO hay magia que valga:el único sitio en el queencontrarás el éxitoantes que el trabajo seráen un diccionario. También en lamagia, en el increíble mundo delilusionismo sobre el que orbitan losmás excitantes planetas del espectáculo,hay una antesala de pico ypala, trabajo del duro para que unailusión se haga realidad a los ojosdel común de los mortales. Y, sinembargo, no debemos, no podemosconsentir que se apague esa materaprima sobre la que trabaja lamagia, la ilusión curiosa, jamás delos jamases. No hay un truco quenos salve del porvenir ni hechizopara la salud, el dinero o el amorcapaz de sobreponerse al destino,pero un mundo sinmagia sería unatierra más gris, un páramo másdesierto todavía.

Cada cual, cada aficionado al mundo de los misterios, tiene suspredilecciones. Yo me quedo contres nombres propios, mejorando lopresente (es decir, el Mago Valen oValentín Moro cuando se pronunciasin el chantatachán encima...):Juan Tamariz, cuyo Número deParís con el que fue proclamadocampeón del mundo al son de unaarmónica es un deleite para los sentidos;el mago manco argentinoRené Lavand con una frase quedebiera ser manual de vida, ese “nose puede hacer más lento” que tanbien nos vendría, y Miguel Puga,Magomigue, quien tuvo la capacidadde arrancarme una sonrisa enuno de los días más tristes de mivida al leerle un glorioso comienzode artículo: “Hace unos días propuseencerrarme durante 45 días enun escaparate con feroces jamonespata negra...”. Sorpresa, desafío yhumor en el revés de las cartas...

Viene al caso todo esto ahora queacaba de celebrarse, en el TeatroCampos, el espectáculo Y somos deBilbao, que nace de la Fábrica de Magia, una suerte de academia delilusionismo que evoca la fantasíadel Colegio Hogwarts de Magia yHechicería, allá donde Gryffindorperfila las artes de Harry Potter.El Gryffindor bilbaino es, ya estádicho, Valentín Moro, el granMagoValen, quien ayer presentó unespectáculo de cercanías donde sealternaba su habilidad para lamagia de salón, junto a la destrezade Gorka Pereiro con los malabarese Imanol Ituiño con un showde magia musical. El asunto seresume enmagia para amigos, paralos profesores y para magos amigosde la Fábrica de Magos, un deleiteen la proximidad que ofrece la SalaCúpula. Vista la decoración, conuna serie de mesas dispuestas alrededordel escenario, bien pudierahablarse demagia de cabaret.

De ella disfrutaron, entre otros,José Luis Olazabal, Miguel Ayestaran,el joven Borja Izquierdo, aquien le corren polvos mágicos porlas venas (presenció las dos funciones,de cinco y ocho de la tarde...),Lourdes de Miguel, Ane Rodríguez,Javier de Miguel, los hermanosÁngel y Daniel Lázaro olos hermanos Ander y Jon Usandizaga,Mikel Ballesteros, JoséLuis Martínez, Nerea Purroy,Cristina Alonso y NekaneArtetxe y un buen número de asistentesa un espectáculo singular,nada corriente como mandan loscánones de la magia pura.

Casi al tiempo, y seis plantas másabajo, el espectáculo era otro. Enescena estaba programado El Perrodel hortelano, obra representada enclave de humor, por la compañía 300pistolas. El divertido montaje quedirige e interpreta Álvaro Mortejunto a Sara Gómez, EstebanJiménez, y Anna Hastings hizolas delicias de los presentes. Entreellos se encontraban el dramaturgoDavid Barbero, Julián Ortiz,Manuel Aldekoa, Mari CarmenIzquierdo, Luisa Antón, MagdalenaÁlvarez, María TeresaRodríguez y un puñado de espectadoresque conocen bien el secreto:también el teatro es eso, puramagia de las cosas.