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"Sin ayuda es imposible, necesitas apoyo"

w María Jesús Ozamiz tiene a su cargo a un hermano con síndrome de Down w Antón es usuario de La Ola BBK de Sondika que atiende a 230 personas con discapacidades intelectuales y a sus familias

Bilbao. La madre de María Jesús Ozamiz le dejó un encargo dos días antes de fallecer: "Hija no dejes solo a Antón, ayúdale, confío en ti". Esas palabras quedaron grabadas en la memoria de esta mujer, la mayor de cinco hermanos. De eso han pasado casi dos años, y Txus -así le llaman los amigos- asumió el papel de su madre y la responsabilidad de acompañar a su hermano, con síndrome de Down, en su día a día. "La vida es complicada para todos y para ellos también lo es. Antón vive conmigo y todos los días acude al centro La Ola BBK, en Sondika. Es una persona magnífica, ordenada, cariñosa. Desde que estoy con él he aprendido a tratarle como lo que es, una persona adulta, con sentimientos y muy inteligente", describe a su hermano. Sin embargo, el cuidado y la atención diaria no es tarea fácil para quienes asumen la tutela de personas con alguna discapacidad. "La única preocupación de mi madre era saber que tras su muerte Antón iba a estar bien", cuenta. "No nos damos cuenta de lo que supone tener al cargo a una persona con alguna discapacidad hasta que toca; llevarlo sin apoyo ni ayuda me parece imposible", cuenta Txus.

Pero esto es solo un ejemplo de los tantos que existen en Bizkaia. La necesidad de un apoyo externo que ayude a las personas con discapacidad es fundamental, ya que su esperanza de vida se ha alargado y tras la muerte de los progenitores se crea un vacío que alguien debe asumir.

Antón tiene 52 años y desde hace dos acude a diario al Centro de Vida Adulta, dentro del centro integral de discapacidad intelectual La Ola, que está gestionado por BBK. Este usuario ha trabajado con anterioridad en Iturlan, taller ocupacional situado en el barrio bilbaino de Bolueta y que también estaba gestionado por la caja. BBK habilitó en dicho edificio un hostelen el que trabajan en la actualidad personas con alguna discapacidad y por ese motivo el taller desapareció y fueron trasladados al centro integral de Sondika. "Sin ayuda no puedes, es muy difícil cargar con toda la responsabilidad sola. Yo no me puedo quejar porque, además del apoyo de mis hijos y de mi marido, tengo a mi hermana Isabel pendiente de todo", afirma la mujer. Sin embargo, el camino no es de rosas, está lleno de espinas y es fundamental contar con el asesoramiento para afrontar este tipo de circunstancias.

Antón se encarga todos los días de escribir con tiza en la pizarra el día y la fecha para que Julia, María, Rafa y Marisa, sus compañeros de aula, no tengan ninguna duda. "Así no se les olvida en qué día vivimos", suelta con una sonrisa que contagia. Simpático y extrovertido, Antón saca del bolsillo su billetero para mostrar la foto de su actual novia, Silvia. "Ella me quiere a mí y yo a ella. Me ha regalado un colgante con una piedra", enseña el obsequio. "Yo a ella le he regalado una pulsera del Athletic", añade orgulloso de su equipo.

Centro innovador El equipamiento del centro La Ola de 50.000 metros cuadrados, situado en un entorno natural privilegiado de Sondika, ofrece servicios pioneros, como lo fueron los puestos en marcha a partir de 1972. Y es que estas innovadoras instalaciones se sitúan a la vanguardia de los centros especializados en la atención integral a las personas con discapacidad intelectual y a sus familias. El centro La Ola empezó siendo un colegio para personas con discapacidad intelectual que antaño no se podían escolarizar. Pero con los años, con la Ley de Dependencia, la integración de este colectivo ha ido cambiando y poco sentido tenía duplicar los servicios. Por ese motivo, y tras la elaboración de un plan de estudio que recogiera las verdaderas necesidades de las personas con discapacidad intelectual, se decidió centrar los esfuerzos en el ámbito social y laboral, con labores de gestión a cargo de Gorabide y Lantegi Batuak, respectivamente. En el primero se encuentra la residencia de estancias temporales y el centro de día, mientras que en el segundo se encuadran el de orientación laboral y un taller ocupacional. También, hay que destacar en el apartado inicial el servicio de acogida, información, orientación y apoyo (SAIOA), punto de partida para realizar el itinerario específico de los afectados. Dentro de esta nueva fase, destaca un proyecto particular, el Centro de Vida Adulta, que atiende a personas como Antón, empleadas por la Obra Social de BBK y con experiencia laboral pero que, por diversas razones, ya no pueden seguir ejerciendo el oficio.

Plataforma laboral El centro fue creado también como plataforma laboral. BBK sigue apostando por abrir vías para que este colectivo pueda formarse y entrar en el mercado laboral con los mismos derechos que cualquier otra persona.

El mundo de la discapacidad intelectual se ha transformado radicalmente en un breve plazo de tiempo. "Ha cambiado el marco teórico, incluso hay avances que hablan de otro terminología", advierte la directora del centro La Ola Amelia Sánchez. Hoy, el enfoque de las prestaciones es diferente y favorece su desarrollo personal. Para quienes llegan a la vida adulta propone fomentar la autonomía mediante alojamiento en pisos con algunas atenciones desde el exterior. El alargamiento de su esperanza de vida también ha generado nuevas demandas.

El cambio de mentalidades en la sociedad requiere otro ritmo. "No han pasado tantos años para que se produzca", aclara la directora del centro quien considera que su presencia social, la visibilidad y la reivindicación transformarán la percepción del colectivo. "Son personas que necesitan apoyos, sí, pero, de una manera u otra, todos los individuos los necesitamos", dice. "Hay que tratarles como lo que son, personas adultas. A medida de que les tratemos con respecto y vean que confiamos en ellos, su autoestima se eleva", cuenta la directora.

Para Antón compartir sus vivencias con sus amigos es una gratificante terapia. "Estoy muy agradecida a los del centro y a Amelia por la ayuda que nos presta. Mi hermano es feliz y si él está así, yo mucho más", relata Txus ante la atenta mirada de su hermano que interrumpe la conversación: "Me gusta mucho venir a La Ola, siempre aprendes cosas", cuenta este forofo del Athletic al que se le da muy bien preparar la tortilla de patatas.