Tijeras que cortan barreras
Alumnos de Peluquería del CIP Santurtzi aplican técnicas de belleza a miembros del taller Ranzari
santurtzi
tijeras, rulos, cuchillas, espejos, tinte para el pelo, papel plateado... Sin duda es un salón de belleza y está a pleno rendimiento, tal y como refleja el movimiento incesante de gente y el ruido de los secadores de pelo. Los peluqueros y esteticistas son jóvenes aprendices de Auxiliar de Peluquería del CIP de Santurtzi, tienen entre 16 y 18 años y cada jueves llevan a cabo una práctica muy especial. En ella, peinan, pintan las uñas y cortan el pelo de integrantes del taller Ranzari, formado por más de 150 personas con discapacidad psíquica. Esta actividad está encuadrada dentro del programa Aprendizaje y Servicio Solidario, un proyecto que estrena este curso el centro santurtziarra y que, según indica su directora, Begoña Conde, "está siendo un éxito y esperamos hacerlo en años venideros".
En el salón de belleza de este instituto, las sonrisas, la ilusión y la emoción copan el ambiente, se nota lo especial del evento en las caras tanto de peluqueros como de quienes verán mejorada su imagen en cuestión de minutos. Uno de ellos es Pedro, quien proyecta una sonrisa de oreja a oreja mientras que Alex Dumitru se afana en cortarle el pelo. "Está muy guay, es una experiencia nueva para mí, es la primera vez que vengo y estoy seguro de que repetiría", comenta Pedro, mientras Alex le pide que no mueva la cabeza, para que así el corte quede perfecto. Alex sigue con la tijera tratando de dejar impecable el pelo de Pedro. "Esta experiencia es muy gratificante, nosotros aprendemos mucho y sobre todo, hacemos feliz a la gente, es impresionante verles sonreír", explica este joven. Entre Alex y Pedro se ve que hay química, que se llevan bien. Y eso que el joven aprendiz de peluquero reconoce que "al principio la idea me asustó un poco, pero ahora es genial".
mucho más que peluquería Al otro lado del salón de belleza, Saioa Martínez y Yadheira López están haciendo unas mechas a Jasone Nieto. "Esto es mucho más que cortar el pelo o hacer mechas, consiste en relacionarse con ellos y aprendemos muchas cosas", explican. "Los chicos adquieren conocimientos técnicos y además se sienten contentos, ven que su trabajo es muy útil, el aprendizaje es muy significativo para ellos y nos permite trabajar valores como la solidaridad, la honestidad o la humildad", puntualiza la directora del centro. En definitiva valores que ayuden en el día a día tanto a los jóvenes como a los integrantes de Ranzari.
Jasone es una chica de 25 años a la que le gusta mucho hablar y, a la primera ocasión que se le presenta, no duda en piropear a Saioa y Yadheira: "Estas chicas son muy majas y muy guapas". La respuesta de ambas es instantánea. "Son personas muy amables y cariñosas", admiten mientras terminan de retocar las mechas de Janire que la joven santurtziarra lucirá "el fin de semana, cuando pasee". Esta chica tan coqueta puntualiza que el tinte que se ha dado en el pelo "es del mismo color que mi pelo original, no me gusta cambiarme el color".
Observando con atención todo lo que ocurre en el salón de belleza está Aitziber Barrios, monitora de Ranzari. "El objetivo, por nuestra parte, es normalizar las relaciones sociales de los discapacitados", explica. Y por lo que se puede ver y oír, lo están consiguiendo.
el jueves no se falta Nexer Camacho es un joven de 18 años que debuta en este programa y su impresión no puede ser mejor: "Es una gran experiencia, me parece que es una gran idea que podamos trabajar con ellos, porque aprendemos muchísimas cosas".
Tal es la buena aceptación que ha tenido la iniciativa entre el alumnado de Auxiliar de Peluquería del CIP de Santurtzi que "aquí los jueves no falta nadie a clase", comenta orgullosa Begoña Conde. Algo especialmente importante en una clase de este tipo. La gran acogida se ha traducido en que una actividad que, en principio, iba dirigida al segundo curso, ya se ha exportado a los alumnos de primer curso de Auxiliar de Peluquería. "Esta actividad acaba el día 30 de marzo, que es cuando los alumnos de Segundo empiezan las prácticas fuera del centro, pero queremos seguir con ellas hasta junio, con los alumnos de Primero", explica la directora del CIP Santurtzi.
La clave de este éxito radica en que "es un proyecto apasionante para los educadores y los alumnos", comenta Rafa Mendia, presidente de la Fundación Servicas. Mendia fue quien instruyó a los docentes de este centro antes de poner en marcha este proyecto. Profesores como Nati Delgado quien se muestra "muy contenta" con la iniciativa. "Cuando empezamos con el proyecto no pensé que tendría tanto éxito", reconoce la profesora de Segundo de Peluquería, mientras supervisa el final de los trabajos y ayuda a dar los últimos retoques al trabajo de la mañana.
A continuación, con la labor práctica terminada, llega el momento de que los alumnos rellenen una ficha en la que deben comentar qué es lo que han hecho. Dicha hoja tiene un apartado para que los alumnos aporten sus ideas para labores futuras. "Les motivamos haciéndoles totalmente partícipes no solo de los trabajos sino también de las ideas", señala la docente. Todo ello tiene como resultado y como prueba la frase que pronuncia Nexer: "Los jueves no se puede faltar a clase, como mucho llegar cinco minutos tarde si perdemos el autobús".
Llegan las 11.00 horas y todos los jóvenes han acabado su labor. Los miembros de Ranzari a los que han acicalado los futuros peluqueros se miran al espejo y sonríen al ver el resultado de los cortes de pelo, las mechas y, en algún caso, se miran a las manos para comprobar el brillante resultado de la manicura. "Esto es una dosis de autoestima para ambas partes y eso es muy importante", señala Rafa Mendia.
Para completar la mañana, todos gozan de un hamaiketako en el que podrán charlar y compartir vivencias de forma más distendida. "¡Esto es un lujo, una sale de aquí guapa y encima habiendo comido bien!", comenta Jasone.
Conversan, charlan, sonríen y aprenden unos de los otros. "Animo al centro a que siga acordándose de Ranzari, los trabajadores del taller están encantados", remarca Ain-tzane Urkijo, concejal del área de Acción Social de la localidad marinera y vicepresidenta de Ranzari. "Este proyecto les ayuda a conocer y relacionarse con su entorno", agrega la edil. Un lugar en el que encuentran el apoyo y la ayuda de unos jóvenes que con sus tijeras tratan de cortar las barreras que aún tienen los discapacitados, porque queda mucho trabajo por hacer.