Una escultura y un mural adornan la trasera del Ayuntamiento de Bilbao
BILBAO. La calle trasera del Ayuntamiento de Bilbao cuenta con un nuevo conjunto ornamental integrado por una escultura de Joaquín Lucarini y un mural fotográfico de grandes dimensiones de Begoña Zubero.
La escultura de Lucarini, realizada en bronce, mide 187x185x80 centímetros y es una copia única de la pieza original en escayola que durante años estuvo ubicada en el edificio de los talleres RAG, por encargo de la familia Acillona. Se trata de una fama , un ser femenino de la mitología grecolatina, portadora de las buenas noticias.
Habitualmente era representada con unas alas de águila y portando una trompeta entre sus manos, pero en este caso, la trompeta ha sido sustituida por un aro o volante, símbolo de la automoción.
La fama de Lucarini sintetiza el figurativismo y el uso de líneas rectas y funcionales que caracterizan el estilo de este artista, autor de otras esculturas que forman parta ya del paisaje urbano de Bilbao, como el Tigre de Botica Vieja; Leyendo , en uno de los accesos al Parque de Doña Casilda Iturrizar, y distintas esculturas adosadas a edificios de Jardines de Albia, Gran Vía y Zabalburu.
Las familias Lucarini y Acillona han cedido desinteresadamente al Ayuntamiento de Bilbao los derechos de reproducción y exhibición de la escultura, que ha sido instalada sobre un mural fotográfico de grandes dimensiones diseñado por la artista bilbaina Begoña Zubero.
El mural, de 19x10,5 metros, realizado mediante la técnica de impresión digital sobre aluminio, se articula en cuatro planos y representa un paisaje natural en blanco y negro. Esta composición fotográfica supone una novedad, en la medida en que incorpora la técnica fotográfica al espacio urbano.