Barakaldo cierra el depósito de gas y pide a Lakua que pare la actividad de la fábrica
Tontxu Rodríguez fue ayer tajante a pesar de que hasta ahora no haya atendido las quejas vecinales
Barakaldo. Nada ocurre, hasta que ocurre. El Ayuntamiento de Barakaldo decretó ayer el cierre cautelar del depósito de gas de la empresa Profusa, que el pasado jueves registró un incendió que obligó a desalojar a cien vecinos y trabajadores del barrio Larrazabal-Zubileta; las mismas personas que durante años han presentado sus quejas al Consistorio acerca de los peligros que podrían desentrañar la empresa vecina. La decisión tomada por el alcalde a 48 horas de las próximas elecciones vino acompañada de la solicitud al Departamento de Medio Ambiente de la paralización de la actividad de la empresa "hasta que ponga en marcha una serie de medidas correctoras", especificó el alcalde, Tontxu Rodríguez. El máximo edil aseguró que el suceso del jueves "nunca debería haber ocurrido", pero en ningún momento asumió responsabilidad alguna ante las contantes denuncias presentadas por los vecinos y a las que el Ayuntamiento no ha hecho caso.
Por su parte, el incendio fue extinguido a las 4.30 horas de la madrugada de ayer y los vecinos pudieron volver de nuevo a sus casas más tranquilos ya que el depósito de gas incendiado no podrá ponerse en uso al menos durante los próximos días. Primero porque la empresa tiene que restañar sus fisuras y problemas, y segundo porque el Ayuntamiento lo impedirá hasta que "no cumpla las condiciones de seguridad necesarias para estar operativo", indicó el primer edil baracaldés.
"Lo más importante es la preocupación de los vecinos, que es la misma de este Ayuntamiento desde hace ya tiempo", recalcó Rodríguez sin pudor. Ha sido necesario un incendio con riesgo de explosión para que la seguridad de las instalaciones se convierta en una cuestión de prioridad municipal ahora. "Lo que podía haber ocurrido el jueves era sumamente grave, así que si no actúa la empresa, nosotros sí vamos a actuar", avanzó Rodríguez. El alcalde aseguró que se han iniciado los trámites para solicitar a los Departamentos de Medio Ambiente e Industria del Gobierno vasco -competentes en la materia- la paralización de la actividad, "porque la seguridad y la salud de la población deber estar siempre por encima de la actividad de cualquier empresa, por muchos o pocos trabajadores que tenga", indicó.
En regla La fábrica cuenta con toda la documentación en regla, tal y como reconoció Rodríguez y posee la actividad de licencia pertinente. Sin embargo, Profusa no cumple con la Autorización Ambiental Integrada, una nueva legislación "más estricta" que otorga el Departamento vasco de Medio Ambiente. Lakua y la empresa protagonizan un litigio para esclarecer las medidas correctoras que debe llevar a cabo Profusa para obtener esta autorización. "Medio Ambiente estableció una serie de medidas que la empresa recurrió ante el Tribunal Contencioso Administrativo por no estar de acuerdo con ellas", indicó el alcalde.
Sin embargo, el mismo jueves, día en el que se produjo el incidente, el Consistorio recibió, casualmente, una notificación del juzgado en la que se recogía que la empresa debe acatar las exigencias de Lakua. Aún así, los responsables de Profusa aseguraron ayer a DEIA que esta sentencia no es firme, "por lo que aún no tenemos la obligación de poner en marcha esas medidas".
Profusa continúa, por lo tanto, operando bajo la antigua legislación. "Su situación es legal, pero no podemos quedarnos de brazos cruzados. Más aún cuando se producen incidentes de este tipo o emisiones molestas para los vecinos, que desgraciadamente se han repetido en los últimos años. Y estoy convencido de que el Gobierno vasco va a entender nuestra petición de paralizar temporalmente la actividad", dijo Rodríguez.
Casualmente, fuentes del Departamento de Medio Ambiente aseguraron ayer haber abierto un expediente sancionador el pasado lunes a la empresa por una "infracción grave" detectada en febrero. "Se les ha impuesto una multa de 100.000 euros por no haber establecido las medidas obligatorias en los sistemas de control de emisiones a la atmósfera", detallaron desde Lakua. "Medio Ambiente había detectado que sus emisiones a la atmósfera superaban los niveles permitidos", confirmó Ana Belén Quijada, concejala de Disciplina Urbanística y Medio Ambiente.
El de esta semana ha sido el incidente más grave de una empresa. de la que se vienen quejando los vecinos desde 2008, reclamando mayores medidas de seguridad, sobre todo, en referencia al gasómetro en cuestión.
Rodríguez mostró su solidaridad con los afectados por un accidente que "nunca, nunca debería haber ocurrido", dijo notablemente molesto por la actitud de la empresa el día del incidente.
Malentendido Con los vecinos fuera de sus casas, el Ayuntamiento de Barakaldo y la empresa terminaron sumergidos en un cruce de acusaciones en un intento de hallar responsabilidades. "Lo que no se puede permitir es que ayer ningún responsable de la empresa hablara con este alcalde hasta que una persona se personó a las nueve de la noche. Hablaban de cuestiones técnicas que nadie era capaz de entender", reprochó Rodríguez. Además, aseguró que los responsables de Profusa no acudieron a una reunión convocada a las 9.30 horas de ayer. Desde Profusa mantienen una versión diferente de los hechos. "No es cierto que el director de la fábrica no haya querido reunirse con el alcalde. Ya habló con él la noche del jueves, cuando se acercó hasta las instalaciones", aseguraron.
De aceptarse la solicitud de cese de actividad, quedará en el aire el futuro de los 50 empleados -algunos de ellos del propio barrio de Larrazabal- que se encontrarían temporalmente en el paro.
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