Uno de los grandes apóstoles de la arquitectura y el talento, Mies Van der Rohe, dictó testamento y dejó un legado que el diseño de medio mundo ha hecho suyo: un legendario "menos es más". A él parecen abonarse algunas de las corrientes más poderosas de los últimos años y que estos días pueden verse en Bilbao, más en concreto en ese dédalo de calles que conforman Particular de Estraunza y donde la tienda de mobiliario y decoración de interiores, Rosita, tiene sentados sus reales. Desde allí, Ion Madariaga y Juan Marchante, entre otros, exhiben los superpoderes de los héroes del diseño de los últimos años en un proyecto bautizado con el nombre Bilbao Month Desing y que ayer dio sus primeros pasos con la exposición del mobiliario de Lorenzo Porro, una de las grandes firmas del sector y que ayer se hizo visible en la tienda. Porro cuenta entre sus escribanos con Piero Lissani, uno de los piu grandes que mañana desvelará parte de sus secretos en la pista de aterrizaje de los boings del diseño. No en vano, a la muestra de Porro, con una pirámide de sillas encadenadas que ya hizo las delicias de la Feria de Milán, sucederá otra de Moroso, otra firma con sello de calidad y una tercera con las creaciones de Knoll, estudio que no es un cualquiera. No por nada, diversas obras de la casa de diseño son guggenheimnianas.
De todo esto tuvieron ayer noticia los presentes. Entre ellos se encontraban Laura Croletto, Simona Asnaghi, Jon Illarramendi, José Luis Rodríguez, Marisol Casal, Paula Fernández, Verónica Martínez, Txaro Etxenagusia, María Jesús Villarroel, María Loizaga, Sonia Somera, Toño y Carlos Marchante, el dj Félix Manuel, en el obrador de la mesa de mezclas; Iratxe Mendia, Begoña Unzueta, Vicki Ruiz de Ocenda, Maru Sánchez, Alfonso Pérez Pinedo, María José Agirrezabal, Patricia Aldamiz-Echevarría, el arquitecto Manuel Salinas y una corte de invitados muy vinculados al mundo del diseño con mayúsculas, una tierra de difícil acceso para el común de los mortales.