Santurtzi. Después de cerca de 20 años de deterioro, y de abandono institucional que le situó en vía muerta -fuera de ordenación- y que a punto estuvo de descarrilar ante la amenaza de una expropiación que revolucionó a buena parte de los vecinos, el barrio de San Juan del Rompeolas de Santurtzi ha visto la luz al final del túnel con el proceso de regeneración que permitirá edificar 164 viviendas protegidas y 50 apartamentos dotacionales.
El nuevo barrio de San Juan se asomó tímidamente al futuro el pasado mes de junio con el inicio de las primeras 24 VPO a las que seguirá el derribo, a partir de mañana, de las 180 casas que conformaron este escarpado poblado construido a mediados de los años cincuenta del pasado siglo y cuyos residentes celebraron en 2008 su 50 cumpleaños como vecinos.
Ahora, tendrán que poner el contador a cero con este nuevo proyecto cuyo derribo se dividirá en dos fases. En la primera se procederá a demoler la mayoría de las viviendas de la zona alta a la que seguirá la demolición de la zona más baja, en la que aún quedan algunos residentes por firmar, mientras que la parroquia no desaparecerá hasta tener acomodo en los bajos de las nuevas edificaciones.
"Esto abre la puerta a que en pocos meses, el Gobierno vasco nos pueda presentar el proyecto de esta segunda fase y demos licencia para la construcción del resto de viviendas de protección que se harán en San Juan hasta alcanzar las 164 previstas", avanzó el alcalde, Ricardo Ituarte, quien sobre todo valoró que este proceso se ha concluido con "una nueva sensibilidad, una nueva forma de afrontar este problema, trabajando conjuntamente a tres bandas, entre el Ayuntamiento, los vecinos y el Gobierno vasco". Una actitud que Ituarte situó en el objetivo de "impulsar la regeneración de la zona, impulsar las viviendas protegidas y respetar los derechos de los vecinos".