Durango estrena el asfalto ecológico en Montevideo
El Ayuntamiento estudia aplicar esta sustancia en más lugares si se alcanzan los resultados esperados
Durango. El nuevo asfalto de la avenida Montevideo recibió ayer la aplicación del producto que lo convertirá en el primer pavimento ecológico en Euskadi. De esta manera, hoy finalizan las tareas de cubrición de la vía.
En la villa, al igual que ocurre en la mayoría de municipios, la tendencia es que el óxido nitroso vaya en aumento. Pero, con la aplicación de este nuevo tipo de asfalto se propicia la disminución de los óxidos nocivos emitidos por los tubos de escape de los vehículos.
La iniciativa se puso en marcha a propuesta del centro de investigación metalúrgica, Azterlan, que quería realizar una experiencia de este tipo en Durango. El objetivo es invertir esa tendencia negativa de los emisiones. "Es uno de los contaminantes más críticos en estos momentos, de ahí que surgiera la idea de este proyecto", explicó Erika Garitaonaindia, técnica de Medio Ambiente en Azterlan.
El nuevo material es una mezcla semejante al betún sobre la que se aplica una sustancia que contiene óxido de titanio. Según explicaron desde el Centro Metalúrgico, este agente activo actúa transformando los óxidos de nitrógeno -o sustancias contaminantes- en nitratos.
Para comprobar la eficacia de este nuevo tipo de asfalto, en Azterlan han llevado a cabo mediciones antes de aplicar el producto. Ahora, el Centro de Investigación, esperará un mes para volver a realizar las pertinentes mediciones. Las siguientes comprobaciones se llevarán a cabo a los seis meses y al año, respectivamente, con el objetivo de comprobar la efectividad del nuevo pavimento ecológico.
Con optimismo Estimaciones realizadas a nivel de suelo establecen reducciones hasta "el 90% de los contaminantes" durante los días soleados, mientras que en condiciones de menor luminosidad, la eficiencia asciende hasta el 70%.
En caso de que el resultado sea el esperado, desde el Consistorio durangarra desean utilizar este tipo de material en otras zonas de la villa con el objetivo de reducir las emisiones. "Si comprobamos que realmente reduce los contaminantes, nuestra idea es utilizar este material en otras zonas", afirmó la alcaldesa, Aitziber Irigoras.
El proyecto cuenta con un presupuesto de 160.000 euros, de los cuales 80.000 han sido subvencionados por la sociedad pública de gestión ambiental, Ihobe.