Bilbao. Las motos y, sobre todo, los ciclomotores han sido siempre un objetivo fácil para los ladrones. En el caso de estos últimos, debido a su ligereza y manejabilidad, se convierten en una perita en dulce para los cacos. Y es que, basta con un vehículo de grandes dimensiones para hacer desaparecer el modelo deseado y, ya en un lugar tranquilo, manipularlo con tranquilidad -normalmente para desmontarlo y vender sus piezas como recambios en el mercado negro-.
La capital vizcaina, seguida por el Puerto Deportivo de Getxo, son dos de los puntos calientes donde se registra un mayor movimiento delictivo en cuanto al robo de ciclomotores. Según el departamento vasco de Interior, durante el pasado año, se contabilizaron en Bizkaia un total de 90 denuncias por sustracción de ciclomotores. De ellas, 21 se registraron en la comisaría de Bilbao y 5 en la de Getxo.
A finales de septiembre de 2010, las denuncias tramitadas en Bizkaia ascendían a 52. De las mismas, 14 se situaban en Bilbao y 3 en Getxo.
Este tipo de robos no se realizan al azar. Los ladrones escogen de antemano los modelos de ciclomotor a hurtar. Y es que, no todos los vehículos de baja cilindrada están cotizados al mismo nivel. Los ciclomotores de moda entre los jóvenes de 14 a 18 años -conductores habituales de estos vehículos- son también los más codiciados por los ladrones. Así, marcas y modelos como la Yamaha Jog, Yamaha Aerox o Rieju, se encuentran en el top ten de las más buscadas por los amigos de lo ajeno. Se trata de las motos más vendidas porque, tal y como explican muchos de los vendedores del sector, "son las mejores y más evolucionadas, pero también las más caras al igual que sus piezas". Por ello, los recambios de estos modelos cotizan al alza tanto en los talleres como en la calle. Las fábricas de estas casas se encuentran en el extranjero por lo que sus piezas son mucho más caras que los repuestos de modelos cuyas fábricas se sitúan en el territorio vizcaino o en el resto del Estado.
"Todas la motos son una tentación, pero hay algunas en las que es más complicado conseguir piezas de recambio porque son caras o la fábrica está en el extranjero. Entonces, comienzan los robos", comenta Nuria, dependienta de Bilbo-Moto 2001. "En el mercado negro, valen más las piezas que la moto entera", afirma Juanjo, de Moto 46.
A pesar de ello, el departamento de Interior asegura que no suele ser habitual el robo de ciclomotores para despiece. "Una parte importante de las sustracciones se resuelven con la aparición o recuperación del ciclomotor, en muchas ocasiones abandonado". Del mismo modo, aseguran que "escasas veces se roban piezas sueltas, ya que supone realizar una labor arriesgada dado el tiempo que ocupa". "Es verdad que ahora roban mucho menos que antes. No hay tanto peligro, pero si quieren llevarse un ciclomotor se llevan cualquier modelo", matiza Nuria.
Modelos con pedigrí "Cuantos más vehículos iguales hay en la calle más mercado negro existe. Los modelos que se venden menos tienen menos riesgo", explica Mari Ángeles, de talleres Mendivil. El robo selectivo de ciclomotores llega hasta tal punto que algunos talleres optan por aconsejar a sus clientes la elección de marcas y modelos "menos demandados para evitar posibles disgustos". "Tampoco podemos aconsejar que compren un modelo menos cotizado porque puede darse el caso de que se lo roben", indica Mari Ángeles.
Sin embargo, la existencia de modelos más vendidos, con mayor aceptación o pedigrí entre los compradores es ineludible. Motos como la Aerox o la Gilera Runner, la Neox y la Beta Art son las elegidas. "Aunque, en general, la elección se hace por estética", explica Nuria. De ahí que las réplicas de ciclomotores como la del 9 veces campeón del mundo, Valentino Rossi, sea una de las más valoradas y sustraídas.
Desde un retrovisor hasta el tubo de escape, pasando por la careta delantera o trasera, los papeles o los intermitentes, todo es atractivo para los cacos. "Son motos cotizadas y en la calle duran poco. En una escala de peligrosidad de 0 a 10 tienen un 8", asegura Juanjo.
Sistemas antirrobo No sólo la astucia de los ladrones se agudiza en tiempos de crisis. También los sistemas de vigilancia y seguridad dan un paso al frente. En el mercado se ofertan diversos sistemas de seguridad. Los más utilizados los candados y pinzas de bloqueo. Entre los más novedosos, por un precio que ronda los 50 euros, se encuentra el candado con alarma. En el momento en el que alguien trata de forzar el candado, una alarma comienza a sonar. "Esto sirve si la moto está dentro de un garaje, porque el sonido aumenta con el eco, pero en la calle su eficacia disminuye", comenta Susana, dependienta de otro taller de motocicletas.
"Si hay tres motos, una con tres candados otra con dos y una sin ninguno, se llevará la que no está candada. Eso sí, si están empeñados en robar la de los tres candados, lo harán. Todavía no se ha inventado el dispositivo que dé una descarga de 10.000 voltios a quien lo intente quitar", dice Juanjo, de Moto 46.
Algunos seguros cubren los robos en ciclomotores, "pero son muy caros, su precio aumenta por llevar esta cobertura", indica Susana, de Motos Talamillo. Además, este tipo de vehículos tienen más riesgo de robos porque sus propietarios son "chavales jóvenes". "No obstante, antes se robaba más, ahora no hay muchos robos porque todas las motos vienen matriculadas e identificadas, lo que disminuye el riesgo; pero entre chavales nunca se sabe", puntualiza Susana.