Bilbao. Ha sido un proceso de integración lento pero seguro. El comercio chino ha ido poco a poco introduciéndose en nuestra vida cotidiana, hasta el punto en que ya a nadie extraña la apertura de un nuevo negocio en nuestro territorio. Desde los pequeños restaurantes que abrieron sus puertas en la década de los ochenta hasta los pequeños, medianos e inmensos wok, que se han convertido en la última oferta gastronómica del empresario chino. De las tiendas de todo a cien a los pequeños bazares, de los bares de poteo a los bares de poteo atendidos por chinos, de las zapaterías de barrio a las zapaterías de chinos... Nadie puede negar que esta ha sido la década dorada del negocio asiático.
Sin embargo, los comerciantes chinos no se han dejado seducir por las grandes extensiones comerciales. Hasta ahora. El centro comercial Artea, en Leioa, acogerá a partir de finales de mes -la intención de los propietarios es terminar las obras para esta fecha- la primera gran superficie china en suelo comercial. Se llamará El Corte Chino, en clara alusión a otro centro comercial con porte y clientela totalmente antagónica, y ocupará alrededor de 2.000 metros cuadrados. En concreto, el nuevo negocio de Artea estará ubicado en un edificio de dos plantas que antes estaba ocupado por la cervecería Allent.
Según Haibin, uno de los tres propietarios de El Corte Chino, cada planta del inmueble acogerá un negocio diferente. La planta baja, de unos 1.300 metros cuadrados, se convertirá "en un gran bazar para todos los públicos". En esta gran planta se podrán encontrar todos aquellos productos que uno pueda imaginar y, probablemente, necesitar con urgencia: menaje del hogar, decoración, limpieza, viaje, ropa, calzado...
La segunda planta estará centrada en la gastronomía. En una extensión aproximada de 700 metros cuadrados, se abrirá un wok, última moda en la cocina asiática para los consumidores vizcainos. Se trata de un nuevo modelo de restaurante en el que cada comensal elige sus ingredientes frescos para que un cocinero de la casa se lo prepare a la vista en la plancha o en el propio wok.
Sin embargo, y aunque los propietarios de El Corte Chino no adelantaron nada, también se apunta a que los tres socios asiáticos podrían haber llegado a un acuerdo con otro empresario para abrir también un espacio dedicado a la comida italiana. Una mezcla que está teniendo excelentes resultados en Bilbao con el Asia di Roma de la calle Hurtado Amezaga.
Década dorada Lejos quedan aquellos años ochenta en que los primeros restaurantes chinos abrían sus puertas en Bizkaia. Entonces, acudir a uno de estos establecimientos se consideraba algo así como un festejo exótico en el que se jugaba con los palillos y se pedía hormigas en el árbol.
En cada localidad había un chino al que acudir a última hora de la noche cuando ya ningún restaurante mantenía abierta su cocina. El restaurante fue dejando paso a otro nuevo concepto de restauración, el wok, que ha ido sumando adeptos de manera significativa en los últimos años. El más claro ejemplo es el Kokoxily, en Barakaldo, un inmenso restaurante de dos plantas que ofrece wok en la planta baja y menú a la carta en la segunda. Además, hace escasas fechas amplió el local introduciendo también comida occidental. En el resto de sectores, la progresión ha sido parecida. El paso de la peseta al euro trajo consigo la desaparición de las famosas tiendas todo a cien que legaron el concepto de "aquí hay de todo" y también el negocio a los nuevos vecinos chinos. Los bazares fueron creciendo en oferta e introdujeron, entonces, calzado y ropa a precios económicos que se popularizaron tanto -sobre todo entre la población femenina- como los baratillos de las localidades. Bares, zapaterías, joyerías... En los últimos años, local que cerraba, local que era adquirido por un ciudadano chino para abrir un nuevo negocio.
El desembarco en Artea supone la apertura a un nuevo horizonte de negocio que, a buen seguro, se extenderá a otros centros comerciales.