PRUEBA superada. El Cap Finistere, el ferry que unirá Santurtzi y Portsmouth a partir del próximo mes de marzo, realizó ayer con éxito las operaciones de atraque en el muelle que ha dejado el Pride of Bilbao. Los responsables de la naviera Brittany Ferries, propietaria del buque, quedaron plenamente satisfechos con la escala técnica que efectuó el Cap Finistere en Santur-tzi. Se trataba de una especie de "ensayo general" antes de que el 29 de marzo comience a ser operativa la línea marítima dejada por P&O.

"Todo ha salido bien, tal y como pensábamos; ahora esperaremos a que acabe la temporada para entrar en dique seco y hacer algunas mejoras al barco", señalaba Manuel Pascual, director de la compañía naviera en España. Mejoras que irían encaminadas a aumentar el número de camarotes .

Era un viaje especial. Los 421 pasajeros que embarcaron el martes por la mañana en Portsmouth lo sabían. Su destino no iba a ser Santander, puerto en el que habitualmente desembarcan, sino Bilbao. El motivo del cambio de rumbo en la costa cantábrica había que buscarlo en una "escala técnica" que debía realizar el barco para comprobar las maniobras de amarrre, embarque y desembarque.

Pasadas las doce y cuarto del mediodía, el Cap Finistere lanzaba las primeras estachas a los estibadores que le esperaban en el muelle que ha estado utilizando durante 17 años el Pride of Bilbao. Tan sólo veinte minutos después, la proa del barco se abría para extender la plataforma por donde salen los vehículos. Ajustada la plataforma del barco con la de tierra, comenzaron a salir de las entrañas del Cap Finistere los 41 camiones y 219 vehículos que habían embarcado en Portsmouth 24 horas antes. De sus bodegas salían todo tipo de coches y camiones, pero sobre todo vehículos de alta gama.

Un detalle que no pasaba desapercibido para las personas que habían presenciado las maniobras de atraque, pero que no sorprendía al director de la compañía naviera en España. "Nuestros clientes", aclaraba Manuel Pascual, "son de un nivel medio-alto". Y como prueba de ello, el responsable de Brittany Ferries señalaba que una buena parte de los pasajeros que ayer desembarcaron en Santurtzi venían a la península a jugar al golf e iban a alojarse "en los Paradores Nacionales de la zona". "Sabemos que somos caros", decía Manuel Pascual, "pero nosotros ofrecemos calidad".

Navegación Calidad en la restauración, "por algo son franceses", en las instalaciones del barco, "porque está prácticamente nuevo", y en la navegación, "ya que este barco apenas se mueve". Sus cuatro motores, y el propio diseño del barco, 204 metros de eslora y una menor altura de su obra muerta (parte del casco que está fuera del agua) le permiten desarrollar una velocidad máxima de 28 nudos y una navegación "cómoda y tranquila", aseguraba uno de sus responsables.

El desembarco de todos los vehículos se realizó en menos de una hora y el del pasaje de a pie, en un minuto. "Sólo han venido seis pasajeros", aclaraba. ¿Y por qué tan pocos? "Porque este barco está pensado para transportar fundamentalmente camiones y pasajeros con vehículos", contestaba.

No había tiempo que perder. El capital del barco, el francés Yvon Talarmin, quería "ensayar" otra maniobra en uno de los muelles que se han habilitado tras la ampliación del puerto y posteriormente tenía que poner rumbo a Santander. En la capital cántabra le espera un nuevo pasaje para emprender el viaje de regreso a Portsmouth. De ahí que todos los movimientos del Cap Finistere se hicieron en Santurtzi sin perder un minuto. "Allí nos está esperando la gente", decía Manuel Pascual, "y no creo que podamos partir de Santander antes de las nueve de la noche". A media tarde, el Cap Finistere abandonaba Santurtzi después de haberse acoplado perfectamente a su futuro muelle.