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La pulsera chivata

Los socorristas han repartido 7.000 brazaletes en dos meses para evitar que los niños se pierdan en las playas El servicio es gratuito y cada vez más aceptado

La pulsera chivataFoto: josé mari martínez

MÁS de 7.000 pulseras identificativas han sido distribuidas este verano entre los niños en las playas vizcainas. El método de localización Ume-Galduak que pusieron en marcha Cruz Roja y la Diputación en 2006 es cada vez más utilizado por los padres con niños de entre 1 y 5 años.

Koldo Larrazabal, coordinador general de socorristas de Cruz Roja, reconoce que "la pulsera no es conocida por todos los padres con hijos pequeños", pero asegura que "el servicio cuenta con entre 1.000 y 1.500 usuarios más cada año". La pulsera consiste en una tira de plástico a la que se le atribuye un código identificativo. Cuando un niño perdido se presenta en un puesto de salvamento o es encontrado por un socorrista, éste introduce dicho código en el ordenador y accede al nombre y al número de teléfono de sus aitas. "La ley de protección de datos no permite colocar el número del móvil en la pulsera, por eso cualquier persona que localice a un niño desorientado con el identificativo en la muñeca debe llevarlo al puesto de socorro para que allí se pongan en contacto con sus familiares", explica Larrazabal. "Una vez que el niño esté de vuelta con sus padres, la pulsera se rompe para que no se pueda volver a usar y no haya posibles confusiones. Tenemos un millón de unidades almacenadas, así que faltarnos no nos van a faltar", asegura el coordinador de socorristas, quien espera que este verano se bata el récord y se coloquen un total de 12.000 brazaletes en las playas de Bizkaia.

La idea de poner pulseras identificativas a los niños surgió hace 5 años porque "todos los días llegaban chavales extraviados y teníamos que avisar a sus padres por megafonía", recuerda el coordinador, quien calcula que, en un día con buen tiempo, el sistema Ume-Galduak "localiza a unos 10 niños en los arenales de Bizkaia".

La pulsera se puede conseguir gratuitamente en los puestos de socorro y permite ahorrar muchos momentos de angustia tanto a los padres como a sus hijos. En la playa de Ereaga, en Getxo, pocas eran ayer las familias que utilizaban este método, aunque todos aseguraban que lo usarán a partir de ahora. También los más pequeños. "Me gusta mucho la pulsera. Es muy bonita", decía encantado Aritz mientras se la colocaba un socorrista. Su aita Fernando también se mostraba entusiasmado. "La verdad es que no sabía que existía, pero a partir de ahora se la voy a poner siempre que haya mucha gente", aseveró.

"Es un invento muy bueno", opinaban Carmen y Fernando, un matrimonio vallisoletano con dos hijos pequeños que ayer veían por primera vez el mar. "Menos mal que no hay mucha gente, porque estos dos son un poco balas y les gusta mucho corretear y escaparse por ahí", decían refiriéndose a Ángel y Charo, quienes "no se van a librar de llevar la pulserita a partir de su segundo día de playa", indican.

La pulsera se está utilizando en todos los arenales de Bizkaia y Gipuzkoa, así como en otros eventos masificados. "En las fiestas de Miranda de Ebro se la puse a Idoia y a Yeray", recordaba Beatriz. "No sabía que en las playas también se podían usar. Estos dos son muy formales, pero, por si acaso, desde mañana les pondré una a cada uno".