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La todopoderosa fuerza de la voz madura

La todopoderosa fuerza de la voz madura

Un viejo cascarrabias, George Bernard Shaw, dejó para la posteridad un puñado de frases célebres, entre las que sobresale aquella en la que expresa su odio hacia las melodías, quizás porque no tuvo el don del oído, pese a ser dublinés, con toda la fama que gastan los hombres del norte de cantar en las tabernas. El infierno está lleno de aficionados a la música, comentó el enfurecido escritor.

Quizás como antídoto a semejante exceso verbal y con vocación de ganarse el Cielo, un tenor bilbaino de pura cepa, José Antonio, Txurdimostró ayer su campanuda voz, envuelta para regalo, en un concierto lírico celebrado en la iglesia del Carmen, en compañía de la pianista Itziar Barredo, su compañera de teclas en los últimos años. Con setenta recién cumplidos, el tenor exhibe eso que los críticos a la violeta llaman una "voz madura", capaz de congregar a cientos de personas a su alrededor y hacerles cantar a coro, como ayer, el "Hator, hator".

Apegada a la tierra y a las buenas costumbres, Caja Laboral cerró el año de su medio centenerario con un mayúsculo concierto de Navidad. Isidro Elezgarai volvió a mostrar su sensible espíritu zen al organizar un mayúsculo recital que atrajo al Bilbao más lírico. A la cita acudieron Ángela Sanz, Juan Manuel Sinde, Kepa Rekakoetxea, en nombre del Obispado de Bilbao, Higinio Arteta, Cosme Vivanco, Ignacio Ágreda, de ArcelorMittal, Marisa Marín, Patxuko Abrisketa, el viejo león, Koldo Agirre, Manolo Morán, Marcelino Marcos, Begoña Bilbao, José Luis Rodríguez, Marcelino Gorbeña, Joana Bilbao, María Jesús Idigoras, Teresa Mendiguren, Mari Carmen Bengoa, María José Suárez, María Ángeles Ortuzar y un buen número de invitados que disfrutaron de la cita y de la capacidad de la lírica para amansar al lobo del frío.

¿Tiene Uridiain voz de querubín...? No, por supuesto que no. Su voz es un trueno que retumbó entre las cuatro paredes de la iglesia para desdecir al viejo humorista norteamericano, Ed Gardner, quien dijo aquello de que la ópera es un trasunto extraño: cuando apuñalan a un chico en la espalda, en lugar de sangrar, canta. Ayer no hubo ópera ni navajazos, sino un recital con piezas del maestro Sorozabal, de Tosti o del bardo Iparraguirre entre otros. Fueron testigos de todo cuanto les cuento Juanjo Aurtenetxea, Miguel Ángel Uribe, Ander Retolaza, María Ángeles Iriondo, asidua a la Filarmónica, Javier Abascal, Ignacio Ortega, José María Otalora, Begoña Urizar, Iñigo Pastor, Ignacio Perea, José María Hernández,Sara Etxebarria, Isabel Ormazabal, Teresa Alonso, José Ignacio Aldekoa, Carlos Agirregomezkorta, Itziar Ballesteros, Ana María Bilbao, José Luis Ortiz, Jon Bengoetxea, Isabel Urrutikoetxea, Ana Gabilondo, Maite Seisdedos, Conchita Narváez, quien hizo gala de 94 años bien servidos, Mónica Ugalde y un buen número de invitados que disfrutaron de una tarde marcada por el buen gusto y la nostalgia. No en vano, un hombre cumple setenta años y una empresa medio siglo de vida. Son edades a tener en consideración, aunque a ambos les queda un esplendoroso futuro por delante.