En el pabellón San Pelayo del Hospital de Basurto, la Navidad ha llegado este miércoles con notas de música, risas y un brillo especial en los ojos de los niños. Aranza, una niña de 12 años ingresada desde el sábado, encendió con ilusión una estrella que ahora iluminará todo el pabellón, llenando de esperanza y magia navideña a quienes pasan estos días lejos de casa. Entre villancicos y la fantasía del musical de 'El Mago de Oz', por un momento, los pasillos se han transformado en un lugar donde los sueños se hacen realidad.

"Estar aquí no es fácil, pero cosas así hacen que sea algo más llevadera la estancia, sobre todo para ellos", explicaba Kimberlay Obando, madre de Aranza, sobre el acto que había encabezado su hija. No podía disimular la emoción de ver a su pequeña encender la Navidad en el pabellón: "Es muy especial para ella, cuando se lo han propuesto nos ha parecido algo muy bonito, y aunque es muy tímida, lo está disfrutando mucho".

Un acto emotivo

Tras el encendido, Micaela Román, que interpreta a Dorothy en el musical que estará en el Euskalduna del 23 de diciembre al 6 de enero, ha interpretado la canción 'Over the rainbow' junto a Markel Urrestarazu (hombre de hojalata), Xanti Korkostegi (espantapájaros), Yeray Vázquez (león) y Jokin González (Toto). Cuando ha empezado a sonar la música, niños y familias salían del pabellón con un rostro que desprendía alegría y emoción. También ha habido quien, por vergüenza, se ha quedado rezagado, sin embargo, las enfermeras no dudaban en animarles a acercarse.

Los artistas del Mao de Oz visitan a los niños en el hospital de Basurto

Los artistas del Mao de Oz visitan a los niños en el hospital de Basurto José Mari Martínez

La interpretación de la mítica canción de Judy Garland se ha hecho extensiva también a los pasillos de del pabellón, y quienes estaban ingresados han salido de sus habitación para ver el espectáculo tan especial.

"Un camino más difícil que el de las baldosas amarillas"

Para el elenco del musical, la visita al hospital ha sido una experiencia difícil de olvidar. “Ha sido precioso poder compartir este momento con niños que probablemente estén recorriendo un camino un poco más complicado que el de las baldosas amarillas”, explicaba Yeray Vázquez, reconociendo la emoción de llevar alegría a quienes pasan la Navidad ingresados. Aunque nunca imaginó cantar en un hospital, confesaba que era una ilusión personal: “A los que nos dedicamos a esto nos gusta hacer que la vida del resto sea un poco más bonita, y tener una oportunidad así es muy guay”.

Los protagonistas del musical visitan a los niños ingresados en Basurto Jose Mari Martínez

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Además, hacerlo en casa lo hace todavía más especial. “Prácticamente todo el elenco somos de aquí, y trabajar en Bilbao, con una producción de este calibre, es un orgullo y un honor”. Más aún tratándose de un clásico que conecta con la infancia. “A muchos nos ha tocado interpretar el personaje que habríamos querido ser de niños. Estamos cumpliendo un sueño”, señalaba Vázquez.

Cuando las últimas notas se apagaron y los artistas se despidieron, en el pabellón San Pelayo quedó algo más que una estrella encendida. Quedó la sensación de que, al menos por un rato, la enfermedad y la espera pasaron a un segundo plano, sustituidas por sonrisas, aplausos y miradas llenas de ilusión. Porque en este rincón del Hospital de Basurto, la Navidad no llegó envuelta en regalos, sino en música, compañía y esperanza, recordando que incluso en los caminos más difíciles siempre puede aparecer un poco de magia.