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Bilbao estrena mercado navideño en un punto estratégico de la ciudad

La Plaza Intermodal acoge hasta el 20 de diciembre 17 casetas con productos de moda, gastronomía y decoración para el hogar

En imágenes: Bilbao estrena un mercado navideño de artesanía con opciones para todos los gustosInés Zubiaga/Sandra Atutxa

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¡La Navidad ya ha llegado a Bilbao! A pesar de que todavía queda alrededor de un mes para el 25 de diciembre, en las últimas semanas la capital vizcaina se ha ido vistiendo para la ocasión. En los supermercados los turrones y los polvorones son protagonistas, y los escaparates ya combinan adornos navideños con carteles que anuncian jugosos descuentos del Black Friday. Un ambiente festivo que invita a sumergirse de lleno en la Navidad y que además alcanzó este miércoles su punto álgido con el tradicional encendido de luces por parte del alcalde Juan Mari Aburto, que dio el pistoletazo de salida a las fiestas.

Poco a poco todos los rincones de Bilbao se van vistiendo para la ocasión, y así lo ha hecho también la Plaza Intermodal que por primera vez dejará de ser únicamente un lugar de paso para convertirse también en una alternativa de ocio. El flujo constante de personas que diariamente cogen el metro o el autobús en San Mamés o que acuden al Hospital de Basurto o a la facultad de la EHU, ha dado paso a un mercado navideño que desde este 26 de noviembre y hasta el próximo 20 de diciembre ofrecerá productos artesanos para quien busque un regalo original.

Este mercado navideño esta compuesto por 17 casetas que abren al público en horario de 10.00 a 13.00 por la mañana, y de 16.30 a 19.00 horas por la tarde. Organizado por la Asociación de Vecinos de Basurto, ofrece opciones de moda, gastronomía o decoración para el hogar, con la particularidad de que en su mayoría son productos artesanos. Unas casetas que, junto a la churrería y al puesto de castañas, han hecho de la Plaza Intermodal un nuevo lugar de ocio para bilbainos y visitantes.

Buenos deseos

Una de esas 17 casetas la regenta Jon Antón, vecino de Bilbao que vende productos de madera hechos por él mismo. "En la pandemia empecé a hacer llaveros de madera y lo que en principio era únicamente un hobbie, se ha convertido en casi un sustento", explica. Su taller de operaciones, Olavera, se encuentra en Olabeaga, donde vive. Allí elabora los productos que después vende en las distintas ferias por las que se va moviendo. "Me gusta el modo de vida que me permite tener este trabajo, ir moviéndome por los pueblos, tratar con la gente, etc", cuenta.

En el puesto desde que atiende a la clientela la oferta es muy variada: pendientes, portavelas, peonzas, imanes, lámparas... Artículos hechos a mano con mucho mimo y cariño que llaman la atención de las personas que pasan por allí. "Decidme que nombre queréis y yo os lo busco", pregunta Jon a un par de chicas que se han detenido en la caseta. Los llaveros personalizados con varios nombres copan el mostrador y son un gran reclamo para la clientela. "Espero que por las fechas que son las ventas vayan bien", comenta.

En su caseta Jon Antón vende productos de madera hechos a mano por él mismo

Unos metros más adelante el olor a queso y embutidos atrae a más de un hambriento. Tras el mostrador, Francisco Morejón y su madre, "la Paquita", como la llama él o "la mujer del Bici" como la conocen en su tierra, Cáceres. Ambos regentan Productos "El Bici", un negocio familiar que ya va por la cuarta generación a la que pertenece Francisco. "A Bilbao hemos venido muchas veces y la gente es maravillosa", cuenta Paquita. Una cuestión con la que su hijo Francisco coincide que añade "a los productos buenos la gente responde de maravilla".

Su objetivo para estos días es "venderlo todo", aunque les preocupa que el tiempo no les respete. De familia de pastores y cabreros de Extremadura, mantienen el legado del negocio familiar que echó a andar en los años 50. "Ser autónomo es muy duro, al final esto lleva mucho trabajo y no siempre se ve recompensado", lamenta Paquita. Sin embargo, el punto estratégico en el que está colocado el mercadillo les anima a pensar que las ventas van a ir bien. "Al final este es un lugar de paso y hay mucha gente que se baja del autobús o del metro, así que a ver si se pasan por aquí", sentencia Francisco.