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Del chacolín al txakoli, una exposición repasa la historia del vino vasco

La Diputación Foral de Bizkaia inaugura la primera exposición dedicada a la historia de este caldo y que se podrá visitar en Txakolin Museoa de Bakio hasta el 2 de agosto de 2026

Del chacolín al txakoli, una exposición repasa la historia del vino vascoC. Zárate

La historia del txakolies un relato de superación. Diversos documentos reflejan que ya en el siglo XV se referían popularmente a este caldo con el adjetivo chacolín para describir a “un vino flojo, débil, sin cuerpo, flaco” y distinguirlo frente a otros vinos. Con el tiempo, el término se convirtió en sustantivo y pasó a referirse a un vino con nombre propio, que ha conseguido con esfuerzo darle la vuelta a la historia, sobre todo, a raíz del impulso de la Denominación de Origen Bizkaiko Txakolina, símbolo de su renacimiento y proyección internacional.

Precisamente, se trata de un vino con profundo arraigo a Euskadi cuya historia y legado se desnuda ahora en Txakolin Museoa, el museo del txakoli ubicado en Bakio y gestionado por la Diputación Foral de Bizkaia, en donde esta mañana se ha inaugurado la exposición "Chacolí, el vino vasco con nombre propio". Se trata de un hito para la pinacoteca bakioztarra, puesto que es la primera exposición organizada por Txakolin Museoa, y en la presentación han participado la diputada de Euskera, Cultura y Deporte, Leixuri Arrizabalaga; la directora de Txakolin Museoa, Aixa Gaztelu, y el historiador, arqueólogo y comisario de la exposición, Juanjo Hidalgo.

En este sentido, la diputada de Euskera, Cultura y Deporte, Leixuri Arrizabalaga, ha destacado que esta exposición “supone un paso en el reconocimiento de nuestro patrimonio cultural”. En esta línea, Arrizabalaga ha subrayado que “el txakoli no es solo una bebida”, sino que es “una expresión viva de nuestra historia que encierra siglos de tradición". Al mismo tiempo ha recalcado que "con este proyecto, el Museo del Txakoli se consolida como un lugar de referencia para descubrir e investigar la historia y cultura del chacolí". Por su parte, la directora del museo, Aixa Gaztelu, ha explicado que “durante mucho tiempo el chacolí ha estado relegado a un segundo plano, considerado como un mero producto gastronómico y de ocio”. Sin embargo, detrás de esta bebida “hay una tradición profundamente vinculada a nuestra cultura, un legado patrimonial que muchas generaciones se han encargado de preservar y custodiar, y que dice mucho sobre la identidad de nuestro territorio”, ha detallado.

De esta manera, la exposición ofrece un viaje por la historia del chacolí, desde los primeros procesos de vinificación neolíticos hasta su consolidación como vino con Denominación de Origen en Euskadi. Así, a través de materiales arqueológicos, documentos históricos, objetos etnográficos y recursos audiovisuales, la muestra revela cómo este vino ha acompañado la evolución de la sociedad vasca, su economía, sus paisajes y sus costumbres.

La exposición ofrece un viaje por la historia del chacolí, desde los primeros procesos de vinificación neolíticos hasta su consolidación como vino con Denominación de Origen en Euskadi.

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Entre los contenidos más destacados, se podrá realizar un recorrido completo por la historia y la cultura del vino en Bizkaia y Euskadi. La exposición comienza con los orígenes de la vid y del vino, desde la domesticación de la Vitis vinifera silvestre hasta las primeras prácticas vitivinícolas desarrolladas en el Mediterráneo y la Península Ibérica. A este respecto, otro de los apartados se dedica a las múltiples hipótesis sobre el origen de la palabra "txakoli" o "chacolí", que van desde explicaciones filológicas y lingüísticas hasta propuestas de raíz hebrea, árabe o interpretaciones populares. “Me quedo con la teoría de que viene del término txakal-a que podemos traducir como flojo, débil, ligero”, ha apuntado Hidalgo.

Por último, la muestra, que explora además el papel social del chacolí en la vida cotidiana e industrial de Bizkaia, con referencias a las tabernas, las coplas y las costumbres vinculadas a esta bebida, se estructura en doce unidades expositivas, que combinan textos interpretativos, material arqueológico, recursos audiovisuales y elementos que permiten al público viajar desde los orígenes del vino en el Neolítico hasta el chacolí actual. Entre los materiales expuestos destacan semillas de vid halladas en excavaciones, reproducciones de prensas tradicionales, mapas históricos, documentos antiguos y testimonios gráficos de caseríos chacolineros. También se incluyen recreaciones de tabernas tradicionales, grabaciones de coplas populares, y objetos cotidianos ligados al consumo del chacolí en diferentes épocas.