De ser un callejón sombrío y oscuro ha pasado a ser una vía más en el callejero de Bilbao. La calle Costa estrena nuevo estatus cosiendo General Concha y Hurtado de Amézaga, privilegio que hasta ahora solo ostentaba Fernández de Campo. Esta soldadura ha sido posible gracias a la operación urbanística llevada a cabo por Inbisa, que ha levantado una promoción de 28 viviendas de entre dos y tres dormitorios en el solar que se encontraba la marisquería Rimbonbín. Entre los más beneficiados por la actuación, que ha conseguido mejorar la conectividad urbana con un paso peatonal y otorgar más seguridad, se encuentran los vecinos de las comunidades de la Costa, que además no tendrán que rodear las manzanas aledañas para llegar hasta Hurtado de Amézaga.

A pesar de abrirse en canal, la calle seguirá siendo eminentemente peatonal. Desde el área de Movilidad y Sostenibilidad apuntan que la calle continuará siendo de paso para los vehículos, ya que hay varios garajes a los que se suma el garaje de la nueva promoción, con espacio para 30 vehículos. No obstante, tendrá salida única a la calle General Concha, como hasta ahora. De hecho, un bolardo cierra el paso a cualquier vehículo hacia Hurtado de Amézaga que, en cualquier caso, debería atravesar una acera y un carril bus para incorporarse a la vía. Desde Inbisa señalan que la inauguración de la calle se hará “próximamente”, después de haber recibido luz verde por parte del Ayuntamiento, si bien ya está abierta para que cualquier transeúnte pueda cruzar de lado a lado. 

Fue en 2022 cuando la promotora Inbisa inició los trabajos de la demolición de las fachadas de edificios del número 48 de la calle Hurtado de Amézaga para liberar el solar antes de edificar el nuevo bloque residencial –cuya entrega de llaves está pendiente a los inquilinos– que ofrecerá dos locales comerciales. Tras llegar a un acuerdo con el Consistorio, la constructora ha podido levantar tres plantas más del edificio de viviendas a cambio de que los bilbainos puedan contar con un nuevo tramo de calle. Así, la apertura de casi seis metros de ancho se ha realizado a la altura de la fachada de la Quinta Parroquia. 

La calle solo estará abierta del todo al peatón, no al tráfico. Jose Mari Martínez

EN EL RECUERDO

Inbisa ha sido la responsable de la urbanización del tramo de 30 metros de longitud, con el que se ha dado fin a Particular de Costa, como se llamaba hasta ahora oficialmente este callejón. Con esta operación se elimina también cualquier vestigio del local que ocupó, en el edificio que fue derribado, la histórica Rimbombín durante casi un siglo. Dado su avanzado estado de deterioro y la inviabilidad técnica para su rehabilitación, se determinó la demolición del inmueble construido en 1918 y donde permaneció abierta la popular marisquería de 1931 a 2021, fecha en la que se cerró definitivamente, tras la crisis sanitaria y la imposibilidad de hallar un nuevo espacio. El Rimbonbín quedará en el recuerdo de muchos vizcainos como la mejor marisquería de la ciudad. 

En el recuerdo quedará también la situación de inseguridad denunciada en el callejón Costa por los ciudadanos hace una década. En 2015 el pleno municipal debatió sobre esta travesía en la que una docena de mujeres ejercían la prostitución. Las protestas de los vecinos provocaron que el hemiciclo aprobara intensificar las labores de control de dicha actividad, tanto en dicha calle como en entorno. El alcalde de entonces, Ibon Areso, solicitó al Gobierno vasco los permisos necesarios para instalar cámaras de videovigilancia después de informar a las comunidades de vecinos afectadas y requerir su autorización. Tras valorar las ventajas y desventajas de la instalación, que iba a suponer una intromisión en su privacidad, optaron por aprobarlo bajo el argumento de que sería una medida disuasoria.