Los primeros en vacunarse en La Casilla: mañana frenética con muchas anécdotas

Desde las 7.30 horas de la mañana de este viernes, antes de la apertura oficial, decenas de personas acudieron al centro de refuerzo de vacunación en La Casilla para protegerse ante el repunte de la gripe. Entre ellos, Edorta Alcallada, vecino de Sopela, recibió la noticia camino al trabajo. “Venía en coche, oí en la radio este servicio y he decidido aprovechar. Pregunté si podía vacunarme, me dijeron que sí, y en quince minutos ya estaba fuera. No duele nada, y me parece que todos deberíamos hacerlo por responsabilidad. Mejor prevenir ahora que lamentar después”, señala.

A su lado, Mari Carmen Gutiérrez, trabajadora en Bilbao, ha coincidido que la comodidad fue clave para animarse. “Me enteré este jueves y he venido sin cita. Esto deberían hacerlo todos los años, facilita mucho a quienes no tenemos tiempo y estamos muy ocupados”, aclara mientras se preparaba para entrar en los box de vacunación.

Una mañana diferente

El ambiente, pese al madrugón y la gran afluencia, fue ágil y ordenado, con personal sanitario guiando a los asistentes y resolviendo dudas. “Hemos ido a echar un café y hemos aprovechado para vacunarnos”, indicaban Cristina Mota y Patricia Sancho entre risas.

Durante la mañana no han faltado las anécdotas. La más destacada la de un joven navarro que viajaba con su pareja vizcaina y ha intentado vacunarse “de paso”, pero no ha podido hacerlo al no estar empadronado en Bizkaia. “Tendré que hacerlo en el ambulatorio”, bromea al marcharse, tras convertirse en la primera historia curiosa del día.

Alejandro Polo, uno de los vacunados más madrugadores, ha salido satisfecho y sin molestias. “Todo ha ido rápido. Me han atendido muy bien y hasta se han preocupado por cómo me encontraba. Es un servicio excelente”, asegura. El vacunódromo de La Casilla permanecerá abierto durante los próximos días de 8.00 a 20.00 horas, y se espera que el mayor pico de afluencia se registre durante el fin de semana. Con esta iniciativa, Bizkaia busca aumentar la cobertura, reducir el pico de la gripe -especialmente entre los grupos de riesgo- y aliviar la presión sobre centros de salud y hospitales.