El ahorro que hubiera llevado a cabo un vehículo de combustión en 19 vueltas al mundo, es decir, 426 toneladas de CO2. Ese es el equivalente de las emisiones reducidas en un año por los autobuses eléctricos de Bilbobus tras la puesta en marcha de la iniciativa Medusa, pionera en Europa, que permite su recarga con los excedentes energéticos de Metro Bilbao. El proyecto iniciado en abril de 2024 a través de Medusa, integrada por el Ente Vasco de la Energía y Repsol, facilita que los 14 puntos de recarga de las cocheras de Elorrieta se abastezcan de la potencia eléctrica de la red ferroviaria en horario nocturno. Actualmente la flota de Bilbobus cuenta con 21 autobuses eléctricos al 100% y 94 vehículos híbridos.
En palabras de Eduardo García, director general de Medusa, el objeto del proyecto “es proporcionar servicios de recarga utilizando potencia de infraestructuras existentes”. De esa manera, en lugar de conectarse “directamente” a la red de distribución, se conectan a infraestructuras que tengan una potencia alta, para reaprovechar la potencia que no van a usar en ciertos periodos del día. “De tal manera, no tenemos por qué invertir tiempo en una nueva conexión, que normalmente es muy costosa en tiempo”, ha revelado durante una visita a las cocheras de Elorrieta, donde han explicado cómo funciona la iniciativa en la que reaprovechan un bien ya existente.
CONEXIÓN DE UN KILÓMETRO
Según ha relatado, el modelo puesto en marcha para Bilbobus es posible gracias a una conexión de un kilómetro hasta la subestación más cercana de Metro Bilbao, desde donde se traslada la potencia hasta las cocheras para distribuirla en 14 puntos de recarga diferente de 120 kilowatios. Se trata de un sistema que supone un win-win para ambos transportes públicos. “Esto es un ejemplo de una infraestructura ferroviaria, pero realmente podemos conectarnos a infraestructuras que tengan contratada una potencia muy alta y tengan un periodo de tiempo que no la usen”, ha explicado García sobre este sistema con el que ya están trabajando para varias empresas.
La iniciativa ha supuesto una inversión de 356.751,36 euros y cuenta con el respaldo de los fondos europeos Next Generation, que ha destinado 142.700 euros al proyecto. La infraestructura es monitorizada las 24 horas del día durante los siete días de la semana “para asegurar la eficiencia y seguridad en todo momento”. El sistema implementado permite cargar los autobuses sin interrumpir el servicio ferroviario. La prioridad en el suministro de electricidad siempre será para los trenes si en ese momento hay servicio de metro, disminuyendo la recarga de autobuses cuando los trenes pasen. Durante la noche, cuando no haya servicio de metro, la recarga de los autobuses podrá realizarse de forma más intensiva.
Según han pormenorizado durante la presentación, actualmente la flota de Bilbobus cuenta con 21 autobuses 100% eléctricos, tras la incorporación de ocho nuevos vehículos el pasado mes de julio. A ellos se suman otros 94 vehículos híbridos, del total de 141 autobuses que componen el servicio. En ese sentido, han señalado que aún hay 21 unidades con motor diésel. No obstante, la idea es que en el plazo de dos o tres años puedan renovarse. Antes de ello sera necesario que se adjudique el nuevo contrato de Bilbobus, cuyo pliego de condiciones está preparando actualmente el Ayuntamiento de Bilbao.
PIONERO A NIVEL EUROPA
“Aprovechamos la energía, una infraestructura ya existente para rentabilizarlas y mejorar el ahorro energético. Avanzamos hacia esa transición justa, energética y tecnológica que queremos en Euskadi”, ha afirmado Irantzu Allende, viceconsejera de Transición Energética, quien ha destacado que el de Medusa es un proyecto pionero, no solo en Euskadi, sino en Europa. Por su parte, Juan Mari Aburto, alcalde de Bilbao, ha explicado que se trata de una zona en la que no era fácil conseguir la fuerza eléctrica al ser una zona relativamente saturada, lo que requería una inversión “muy importante”. Así, la puesta en marcha de este proyecto supone que sean “más eficientes” en el uso de recursos públicos. “También hace que tengamos menos emisiones y es importante el que la eficiencia energética sea una cuestión que tenga realidades prácticas. Es un proyecto donde la colaboración público privada es una seña de identidad”, ha destacado.