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Tras los muros del Palacio Foral: un viaje por 125 años de historia vizcaina

La Diputación de Bizkaia abre por su 125 aniversario las puertas de su sede. Construido en 1900, el edificio de 7.000 metros cuadrados situado en la calle Gran Vía es referente en la arquitectura del país gracias a su estilo monumental

En imágenes: visita al Palacio Foral de BizkaiaPankra Nieto

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1890.Pablo de Alzola, presidente de la Diputación Foral de Bizkaia, busca un nuevo emplazamiento para la institución. El edificio de la Plaza Nueva se ha quedado pequeño para un organismo que, como el territorio histórico, crece impulsado por la nueva industria que florece a orillas de la ría del Nervión. Ansía un nuevo espacio que impresione, que apabulle al pueblo vizcaino y refleje la pujanza económica del territorio. No quiere una nueva sede, quiere un palacio.Lo logra de manos de un arquitecto aragonés: 7.000 metros cuadrados en plena Gran Vía, casi cuatro veces más que la sede anterior, con grandes escaleras, salones protocolarios, anchos pasillos... Todo ello decorado sobremanera con ricas alfombras, cuadros, detalles de bronce y mármol de Markina e Italia.

125 años después, todo sigue en su sitio. La escalera principal está presidida por una gigantesca vitrina siguiendo el boceto del pintor vizcaino Anselmo de Guinea, donde se representan las dos Bizkaias de la época: a la izquierda, la tradición rural que todavía pervivía en la época; a la derecha, la nueva industria que había hecho triplicar la población de los alrededores de la ría, de 30.000 personas en 1840 a casi 100.000 para cuando se inauguró el palacio. Sobre ella, una gran cúpula de 29 metros de altura y, a ambos lados, dos esculturas de Joaquín de Lucarini, encargadas en la época en que el palacio fue sede del Ministerio de Industria, durante la dictadura de Franco. Representan el comercio y la industria, los dos motores de la economía vizcaina durante el siglo XX.

La Diputación completó la mudanza el 31 de julio de 1900. No fue una fecha casual: se buscó que coincidiera con la festividad de San Ignacio, patrón de Bizkaia. Entre los más de 21 proyectos presentados para la construcción de la nueva sede, se decantaron por el diseño de Luis Aladrén, un arquitecto que ya había participado en la edificación del casino de Donostia. Los planos dibujaron un edificio monumental, donde solo el 25% del espacio era útil: el resto eran estancias palaciegas cuyo único objetivo era demostrar opulencia.

Asier Madarieta, presidente de BizkaiKoa, entidad que regula el patrimonio cultural del territorio histórico, ejerce de anfitrión en la visita por el monumental edificio. "La Diputación quería un espacio que representara la fortaleza que tenía Bizkaia, que vivía una transformación de territorio rural a industrial, pero sobre todo quería visibilizar la fortaleza que tenía la propia Diputación", afirma Madarieta sobre unos años en los que la Diputación de Bizkaia estaba recuperando su poder después de que hasta el Ayuntamiento de Bilbao le arrebatara competencias

En imágenes: visita al Palacio Foral de Bizkaia

La construcción del espectacular palacio no fue barata. La institución contaba con un presupuesto de unos once millones de las antiguas pesetas y calculó la obra en 1.100.000 pesetas. Nada más lejos de la realidad: el coste total se disparó finalmente más allá de los de tres millones. La Diputación pudo acometer la obra gracias a los beneficios provenientes del Ferrocarril de Triano, empresa pública que cubría el transporte entre la capital, Ezkerraldea y Meatzaldea.

Edificio funcional

Hoy en día, aunque pudiera serlo, el Palacio de la Diputación Foral de Bizkaia no es un museo. Más de 150 funcionarios de la Administración pública tienen su puesto de trabajo en la segunda planta, transformada en espacio de oficinas. Es en la primera planta donde se encuentran los salones oficiales, el Salón de Plenos, el Salón de Sota, el Salón de Gobierno o el despacho protocolario de la diputada general.

El Salón de Recepciones es la sala más conocida y más vista por las vizcainas y los vizcainos. En su balcón se presentan los títulos del Athletic Club y aquí se celebra el día de San Ignacio, patrón del territorio. Las pinturas de la Jura de los Fueros a un lado y la Pacificación de los bandos Oñacino y Gamboino al otro, envuelven la estancia decorada por piezas originales, como en el resto de la primera planta. 

El único espacio de este piso que se utiliza regularmente es el Salón Sota. El Gobierno de la Diputación se reúne aquí semanalmente para abordar la gestión del territorio en el despacho en honor a Ramón de la Sota, histórico dirigente del Partido Nacionalista Vasco. Con la entrada de las tropas sublevadas en Bizkaia, el cuadro de Sota que presidía la sala fue quemado y esta cambió de nombre a Salón Mola, por el militar franquista. En 1979 recuperó su nombre original y la familia donó el cuadro que ahora preside la sala junto a los retratos de todos los diputados generales de la historia, salvo el de José Mari Makua, que luce en el Salón de Gobierno.

Ese despacho albergó la primera reunión de la historia del Gobierno Vasco el 8 de octubre de 1936. El 1 de octubre la República aprobó el Estatuto de Autonomía vasco, y el 7, en Gernika, se proclamó a José Antonio Aguirre como lehendakari. Al día siguiente, en el Salón de Gobierno del Palacio de la Diputación, se celebró la primera reunión del Gobierno vasco. Este espacio se utilizó de manera temporal hasta que se terminó de habilitar el actual Hotel Carlton, primera sede oficial del Ejecutivo. La situación en Hego Euskal Herria era crítica por la guerra, y con los territorios de Gipuzkoa y Nafarroa prácticamente perdidos, el Gobierno Vasco aprovecha la infraestructura de la Diputación. Ese apoyo de la institución vizcaina tuvo consecuencias trágicas tras la victoria del bando franquista. Más de 200 funcionarios de la Diputación fueron purgados y muchos de ellos, fusilados. 

En imágenes: visita al Palacio Foral de Bizkaia

Sin duda la sala que más sorprende a los visitantes que desde hace unos meses pueden recorrer el palacio por motivo del 125 aniversario es el Salón de Sesiones. Este espacio se utilizó como Diputación provincial, estructura franquista sin autonomía ni poder real, hasta 1979, cuando se aprueba el nuevo Estatuto de Autonomía Vasco y se traslada el órgano legislativo de Bizkaia a Gernika, a la Casa de Juntas. El Salón de Sesiones, que cuenta con tribunas para el público o periodistas, se utiliza esporádicamente como espacio de reunión para organismos públicos debido a su configuración señorial.

En la sala de plenos se encuentra el cuadro Boda de Begoña, de Francisco de Mendieta, otro de los grandes reclamos para los visitantes. En la pintura se representa una boda, donde la mujer ya está embarazada y hay mayoría de público femenino, engalanadas con los tocados típicos de la época, cada uno de un pueblo distinto. "La gente se pasa mucho tiempo aquí enfrente buscando el tocado de su localidad", explica Madarieta. 

Despacho de la diputada general

José Mari Makua, primer diputado general de Bizkaia en 1979, decidió que la sala de espera, anexa al despacho previamente designado para esa función, sería su despacho. Lo seguiría siendo para los primeros tres diputados generales hasta que, por falta de espacio, se trasladaría a la segunda planta, habilitada como espacio convencional de oficinas. Desde entonces, la sala designada por Makua se utiliza de una manera protocolaria, para recibir a las visitas más importantes

El salón está decorado con multitud de regalos recibidos por la máxima autoridad dentro de la Diputación. Cómo no, el Athletic Club ocupa un lugar privilegiado. Una camiseta firmada por los ganadores de Copa y una réplica de esta reposan sobre una de las mesas. Sin embargo, los protagonistas de la sala son los tres jarrones de Sèvres, cedidos por Eugenia de Montijo. En ellos se dibujan las caras de ella, de su marido Napoleón III y de su hijo Luis, nombrado hijo ilustre de Bizkaia, motivo por el que la familia realizó tal donación. Después del regalo y una vez muertos el marido y el hijo de Eugenia de Montijo, ella pidió que le fueran devueltos. La Diputación de Bizkaia rechazó tal reclamo y le trasladó que los jarrones ya eran patrimonio del territorio histórico. 

Visitas gratuitas

A raíz del 125 aniversario, la Diputación decidió empezar a organizar visitas por el palacio, siempre acompañado de una guía. "La idea es mostrar el espacio físico, el palacio, pero también la institución, la Diputación Foral de Bizkaia, su historia e importancia", comenta Asier Madarieta. Las visitas duran una hora y se realizan en grupos de hasta 20 personas en euskera, castellano, inglés o francés, seis veces al día de lunes a sábados. "La idea es que las visitas continúen de manera indefinida. Están teniendo mucha demanda, sobre todo a raíz de decorar el metro", cierra el director de BizkaiKoa.