“En Zorrotzaurre trabajamos a lo bajini y en julio daremos buenas noticias”

Juan Mari Aburto continúa con el chip de escucha y cercanía, con el que comenzó recorriendo los barrios allá por 2015, activo. El objetivo sigue siendo dar respuesta a los reclamos que marcan una diferencia notable en la vida de los bilbainos: puede tratarse de la instalación de un ascensor, pero también de atender a la preocupación cada vez más notable en torno a la inseguridad. Y ello sin perder de vista los proyectos de ciudad que marcarán la diferencia en un futuro cercano. Es el caso del Parque Tecnológico de Zorrotzaurre, donde próximamente se anunciará el desembarco de empresas que podrían generar un efecto llamada para otras compañías punteras. 

¿Qué asuntos son los que más preocupan y ocupan al alcalde de Bilbao?

La accesibilidad es una de las cuestiones que más nos ocupan. Cuando llegue había 20 ascensores en Bilbao, y hoy hay 77 funcionando y en torno a 10 en ejecución. Es una cuestión en la que tenemos que seguir ahondando. Pero no voy a rehuir los temas. La inseguridad es la preocupación principal de la ciudadanía y la de este alcalde y su equipo de gobierno. 

El Pacto por la Seguridad fue una sus apuestas en 2018. Pero la problemática se ha agudizado.

Los delitos han subido y nunca lo hemos ocultado, pero hay datos objetivos: Bilbao es la ciudad más segura, en términos delictivos, en ciudades o entornos de un millón de habitantes. Es la tercera en entornos de más de 500.000 y la cuarta en entornos de 300.000. Y si quitáramos los hurtos, porque hay ciudades que no los computan, Bilbao sería la ciudad más segura en todos los parámetros. No lo decimos desde la autocomplacencia, sino para seguir tomando medidas. Hemos puesto 250 policías más en la calle, hemos hecho ofertas de empleo público cada año, tenemos 14 talleres de seguridad en los barrios... Frente a la palabrería, actuamos.

No obstante, la percepción de inseguridad sigue aumentando...

Los delitos han crecido en el conjunto de las ciudades y la seguridad se ha colocado en el centro del debate político, lo que está teniendo un impacto en que la ciudadanía esté más focalizada en esta cuestión. 

En esta última década el turismo ha tenido un aumento exponencial auspiciado, entre otros factores, por los grandes eventos. ¿Están todos los huevos puestos en una misma cesta?

Es uno de los cambios importantes de Bilbao: era una ciudad a la que nadie venía unos días y ahora tenemos una ciudad muy importante en el plano de los negocios. Esta misma semana ha habido un congreso médico de 2.500 personas. No vendrían si Bilbao no fuera una ciudad atractiva, si fuera insegura. Pero no ponemos el foco en el turismo; está puesto en los servicios avanzados a la industria, que representan en torno a un 25% de nuestro PIB, cuando el turismo significa un 8%. Por eso uno de los proyectos en el que estamos trabajando con más ahínco es el Parque Tecnológico de Zorrotzaurre, donde queremos que haya empresas punteras, tecnológicas, que den trabajo a jóvenes de alto valor añadido y alto conocimiento.

No obstante, siguen sin dar los nombres de las empresas cuyo desembarco anunciaron. ¿Por qué?

La gestión urbanística es lo más complejo que me he encontrado en el Ayuntamiento. Hay edificios que hay que mantener por protección, cuestiones que no se pueden hacer porque el PGOU lo impide… Todo esto lleva a que los proyectos tengan un largo proceso de decantación. En julio daremos alguna buena noticia en Zorrotzaurre. Hay que anunciarlo de la mano de las empresas, son las protagonistas. No hay que olvidar que en Zorrotzaurre ya hay 1.000 jóvenes en las tres universidades que alberga. Hay que seguir trabajando a lo bajini.

¿Está costando encontrar inversión privada para hacer que la Ría sea un polo de ocio?

La Ría tiene en este momento varias concesiones adjudicadas, no son nuestras, sino del Puerto de Bilbao. Ese es otro proceso complejo, pero Bilbao mira a la Ría y habrá desarrollos en su entorno. En el Guggenheim invertimos 130 millones de euros y en la Ría se llevan invertidos más de 1.000. Su gestión es muy compleja porque hay varias instituciones implicadas, pero seguimos empeñados en darle vida.

¿Y qué hay de Artxanda?

Hubo alguna licitación que quedo desierta y la volvimos a sacar. Se adjudicaron definitivamente diversos proyectos y seguimos trabajando para que Artxanda tenga un proyecto que esté vinculado al turismo familiar. Y ya hay proyectos concretos: está el Parque de la Huella, en breve licitaremos el antiguo restaurante Antón… Va adquiriendo velocidad de crucero. 

Reconocía recientemente que la zona tensionada por sí misma no es la panacea. ¿Conoce a gente que tenga un piso vacío y no quiera alquilarlo? ¿Entiende sus motivos?

Conozco gente que ha tenido pisos vacíos y que los ha puesto en alquiler de la mano de Alokabide. Sería importante, y hace poco el consejero Denis Itxaso decía algo en ese sentido, revisar la renta que Alokabide garantiza a los propietarios para que fuera más atractivo el dejar los pisos.

Esta entre otras medidas...

Hemos pedido que se declare zona tensionada todo Bilbao porque creemos que es importante que haya medidas en cuanto a topar los alquileres para que no haya subidas desmedidas. El objetivo es loable, pero no va a ser suficiente. Por eso se tiene que seguir poniendo suelo a disposición de la vivienda de protección pública. La gente nos necesita y tenemos que seguir dando pasos. El más importante tiene que ver con lo laboral y con que los jóvenes tenga sueldos dignos.

La llegada del AVE a la estación de Abando o el soterramiento de la estación de Renfe de Zorrotza no dependen del Ayuntamiento, sino del Gobierno español. ¿Le resulta frustrante tener que depender de los ritmos de Madrid?

No dependen del Ayuntamiento pero soy un alcalde que está enormemente implicado en que salgan adelante. Ha sido la primera vez que hemos firmado un convenio para ambos proyectos. Esta semana hemos vuelto a aprobar por otros cuatro años el convenio de Zorrotza para cambiar las anualidades. Bilbao pone 35 millones de euros para que Zorrotza pueda eliminar esa brecha. Hay una gran sintonía entre el Ministerio y el Ayuntamiento de Bilbao y creo que hay que aprovecharlo. El plan especial de Abando se está desarrollando por la empresa Arup y Adif estuvo presente en la adjudicación del proyecto de la estación a la empresa bilbaina Idom. Estamos trabajando como nunca de bien. 

Bilbao es a menudo escenario de conflictos laborales que no tienen nada que ver con la villa, pero algunas, como la de Bilbobus, implican indirectamente al Ayuntamiento. 

Bilbao se ha convertido en un centro para el ejercicio de la manifestación. Se me criticó mucho por sugerir que algunas debería ir por la acera y lo sigo pensando. Hay manifestaciones con muy poca gente y no es necesario cortar la calle para que otros no puedan ejercer su derecho al trabajo. Es un reflexión cívica que me gustaría trasladar a la ciudadanía, sin acritud. Hemos visto grupos de 20 o 30 personas que cortan la entrada de Bilbao por los túneles de Basurto. 

Hay una crisis migratoria que ciudades como Bilbao evidencian de forma más manifiesta, con cada vez más personas durmiendo en la calle. ¿Opina como el lehendakari? ¿Que Bilbao necesita un tipo de inmigración y recibe otra?

El lehendakari hizo esa reflexión en un marco que no era migratorio, sino que tenía que ver con la atracción de talento. La inmigración es imparable. A alguien que está sufriendo y tiene hambre, que tiene su vida en peligro, no le podemos decir que no puede migrar. La migración lo que necesita es gestión. En Bilbao recibimos el 80% de la migración que viene a Bizkaia y tenemos el 90% de las personas sin techo de Bizkaia. Nuestro compromiso es claro y decidido, tiene que ver con la atención a la dignidad de las personas. Pero solos no podemos. Necesitamos un planteamiento en el que participen el Gobierno vasco, la Diputación y los ayuntamientos.

¿Por qué sigue llegando gente si los servicios sociales no pueden asumir su atención?

Porque a pesar de todo hay expectativas de que en Bilbao, en Euskadi, se les va a atender aunque se tarde más. Hemos asumido esa responsabilidad. Me acuerdo de una frase que dijo hace más de 30 años el consejero José Ignacio Arrieta cuando se implantó el Ingreso Mínimo de Inserción, como se llamaba entonces: “En Euskadi hemos decidido que la pobreza no sea un problema de unos pocos, sino que sea un problema del conjunto de la sociedad”. ¿Alguien se imagina cuál sería la situación de pobreza de este país sin una RGI? ¿A pesar de que se ponga en solfa por parte de algunos un día sí y otro también?

Medidas como la Zona de Bajas Emisiones han sido difíciles de digerir para muchos conductores. ¿Le han afectado como conductor?

No, con el coche que tenemos en casa, un Nissan Qashqai de 2009, podemos entrar en la ZBE. Con otro coche más antiguo, que era de mi aita, ya no podríamos entrar. Oigo a la gente, pero creo que lo están asumiendo con más naturalidad de la que parece. No ha sido un capricho del Ayuntamiento, hay una ley que nos obliga a las ciudades de más de 50.000 habitantes. Y las previsiones se están cumpliendo: están entrando menos coches y la calidad del aire es mejor. Hemos sido prudentes: los residentes no han sido afectados y hemos establecido moratorias y excepciones.

¿Vio la película ‘El 47’?

Sí, y me gustó.

Bilbobus va a reordenar próximamente sus líneas. ¿Queda algún barrio en el que pueda hacerse más por garantizar su accesibilidad?

Viendo la película me acordaba de Uretamendi, Betolaza, Masustegi, Monte Caramelo, Arangoiti, Altamira, Artazu… Todos esos barrios altos que hay en Bilbao y que están conectados con Bilbobus. En muchos de ellos, además, hay movilidad vertical. Me acuerdo que el difunto Txema, de la asociación de vecinos de Masustegi, me reclamaba el ascensor. Parecía imposible y hoy se está construyendo con 5 millones de euros de inversión. Estamos mejorando la vida de la gente y el dinero público sirve para eso.

¿Hay algo anotado en el cuaderno rojo de Aburto aún sin abordar?

Que quede pendiente del primer mandato me atrevería a decir que no. No prometo nada: apunto y digo que lo voy a pensar. Y hay muchos casos en los que podemos decir que hemos cumplido nuestra palabra. Además hay muchas necesidades que aún no hemos cubierto. Los barrios altos no se los ha inventado el alcalde, pero hemos tomado una posición decidida para mejorar su calidad. Es el proyecto estrella de Bilbao.