La diputada foral de Euskera, Cultura y Deportes, Leixuri Arrizabalaga, señaló ayer que el servicio de Patrimonio Cultural de la Diputación, tras dar el visto bueno a la intervención arqueológica de los locales anexos al ábside de la catedral de Santiago de Bilbao, “supervisará” que la intervención se haga “de manera correcta” y que “se asegurará de ello”. La institución quiere garantizar que el proyecto de rehabilitación de seis locales comerciales, que algunos datan de finales del siglo XVI, cumple con todos los requisitos establecidos por la ley.
Los comercios históricos que se ubicaban en la parte trasera de la iglesia gótica ya han sido derribados y la intervención se va a aprovechar también para adecentar la piedra de esta zona. En junio del año pasado, la sociedad municipal Surbisa concedió la licencia para rehabilitar de forma integral estos locales, con el objetivo de integrarlos con más coherencia dentro del conjunto comercial del Casco Viejo. El número de locales se reducirá de cinco a tres, logrando que sean algo más grandes y se pueda habilitar unos baños para los comerciantes. Se pondrán en alquiler tras la reforma y estarán conectados por una pequeña galería.
El proyecto está capitaneado por los responsables de Helados Capra, una empresa familiar que en la actualidad cuenta con más de 20 puntos de venta en Bizkaia y Cantabria. Sin embargo, es precisamente en la parte trasera de la catedral de Santiago donde los maestros heladeros abrieron su primer negocio en 1980, bajo el nombre de Capri. Está previsto que tras la reforma vuelvan a ocupar uno de los locales que, además, contará con una pequeña terraza en el exterior.
Arrizabalaga compareció ayer en las Juntas Generales, a petición de EH Bildu, para abordar la valoración patrimonial de los locales comerciales y el estado de los muros del ábside, así como los criterios de intervención relacionados con ellos. La diputada explicó que el Servicio de Patrimonio Cultural informó “favorablemente” en octubre de 2024 al proyecto de ejecución de establecimientos comerciales en la plazoleta de Santiago de Bilbao, y también autorizó la obra e intervención arqueológica de los locales adyacentes al ábside en mayo de 2024.
El informe emitido por el Servicio de Patrimonio Cultural de la Diputación evalúa que los establecimientos comerciales adosados a los muros “no aportan valor a la catedral desde una perspectiva arquitectónica” (autenticidad, originalidad, calidad constructiva o antigüedad), aunque reconoce que desde un punto de vista del patrimonio inmaterial podrían tener “cierto interés” por su presencia histórica durante más de cuatro siglos.
Estabilidad estructural
A pesar de los daños observados tras retirarse la estructura de los establecimientos comerciales, el informe técnico concluye que “a primera vista no parece peligrar la estabilidad estructural del inmueble ni la integridad de sus sistemas constructivos”, apuntó la diputada.
Desde EH Bildu, su apoderado Aitor Llano mostró su preocupación por la, en su opinión, “incongruencia” del informe emitido por el Servicio de Patrimonio Cultural. El informe estima que los locales comerciales no aportan valor arquitectónico a la catedral y reconoce que “a medio y largo plazo” deberán ser retirados. Llano cuestionó qué se entiende por este plazo, “si son años, décadas o siglos”, y por qué no se ha solicitado un proyecto de restauración “científica” del área.