A punto de cumplirse un año desde que finalizara el conflicto laboral de Bilbobus que condicionó la movilidad de los ciudadanos durante varios meses, el Ayuntamiento de Bilbao continúa haciendo un trabajo de cocina ímprobo para volver a sacar a licitación el nuevo contrato del servicio, al menos si así se resuelve. De hecho, actualmente se está llevando a cabo un estudio externo para analizar la viabilidad que tendría la gestión directa del servicio. En todo caso, el Consistorio continúa dando pasos para que, en el caso de que le gestión sea indirecta, el contrato contemple la fórmula de la revisión de precios. Este cláusula blindaría al Ayuntamiento en el caso de contingencias económicas impredecibles.
“No hemos parado de trabajar”, garantiza al respecto Ignacio Alday, director de Movilidad, quien concreta que actualmente hay dos estudios en marcha, el de gestión directa o indirecta y el de reordenación de las líneas. “A la vez estamos preparando pliegos por si se optara por gestión indirecta. Tenemos muchísimo avanzado porque cualquier decisión hay que tomarla antes de que finalice el año”, asevera este responsable municipal, quien explica que actualmente se está sometiendo a información pública la “propuesta de estructura de costes” de Bilbobus, paso imprescindible ante una potencial ulterior licitación en caso de decisión de gestión indirecta.
Y es que menos de 24 horas después de que el conflicto laboral de Bilbobus finalizara el 26 de junio de 2024, el pleno municipal acordaba abordar un estudio de alternativas de gestión para la prestación del servicio de transporte público. El objetivo consistía en tener datos “objetivos y rigurosos” para poder tomar decisiones con “solvencia jurídica, técnica y económica”. Así lo aseguraba la edil de Movilidad y Sostenibilidad, Nora Abete, quien, no obstante, recordaba que en 2016 ya se llevó a cabo un estudio similar que, en aquel momento, “concluyó que lo más adecuado era el modelo de gestión indirecto”.
La licitación del nuevo contrato de Bilbobus, en el caso de que se optara por una gestión indirecta, contemplaría que el montante que se otorga cada año a la ganadora de la licitación –que iría aumentando de forma gradual– recogiera implícitamente las subidas salariales que tendrían los funcionarios. Dichas cláusulas serán redactadas después de que el Consistorio iniciara el año pasado los trámites para rescindir el contrato que ataba a Biobide a cumplir con la licitación que se concedió en 2019, tras optar por la “resolución por incumplimiento contractual no culpable”. A pesar de esta suspensión del contrato, la licitadora anterior sigue, a día de hoy, prestando el servicio hasta que haya un nuevo adjudicatario.
Cabe recordar que dicho contrato se firmó para un periodo de diez años (2019-2029), aunque meses antes de su inicio la concesionaria anterior firmó un acuerdo de subida salarial para los trabajadores de Bilbobus de 1,5 puntos sobre el IPC para 2020 y 2021. Los pliegos de condiciones del ese nuevo contrato estimaban una subida de 2,3 puntos para cada uno de los diez años. Sin embargo, como consecuencia del covid, el IPC fue de 6,5, suponiendo una subida salarial del 8% en 2021. Aunque en aquel momento la concesionaria lo asumió, cumpliendo el convenio, no pudo afrontar las nuevas subidas de IPC de 5,7% en 2022 y un 3,1% en 2023. Esta situación derivó en el incumplimiento de esas subidas y el posterior conflicto laboral por el que la plantilla de Bilbobus estuvo varios meses de huelga.
ESTRUCTURA DE COSTES
El objetivo ahora es que esta situación no vuelva a repetirse. Y dentro de los diferentes escenarios posibles, en el caso de que la gestión volviera a ser indirecta, Ignacio Alday apunta la importancia de que se contemple una fórmula revisión de precios. “En una concesión a un tercero, excepto en aquellos contratos de más de cinco años que tienen inversión, como es el caso de Bilbobus, no suele haberla”, explica el director de Movilidad, quien añade que el Ayuntamiento ha acometido esta “propuesta de estructura de costes” para ir adelantando el trabajo que requeriría la redacción de los pliegos. Tras el periodo de exposición pública de 20 días hábiles iniciado este jueves –en el que se podrán hacer las alegaciones pertinentes–, será necesario que la junta consultiva de contratación de Euskadi apruebe esta fórmula de revisión de precios.
Para abordar el estudio, el Ayuntamiento de Bilbao contactó el pasado 2 de diciembre de 2024 con siete operadores de servicios de transporte, “los cuales destacan por su importancia, prestando servicios en municipios de similares características sociodemográficas a Bilbao”. Entre ellos, fueron cinco los que respondieron: Alsa Grupo S.L.U., Avanza Spain S.L., Grupo Vectalia, Moventis S.A. y Transitia S.L. De la información aportada por las principales compañías del sector han podido determinar que el gasto del personal, por ejemplo, se lleva en torno a un 59% y un 73% del coste del servicio. Así, “cuando haces la fórmula de revisión de precios, puedes detallar que la mano de obra solo suba igual que a los funcionarios”.
En ese sentido, recuerda que el contrato anterior no contaba con una fórmula de revisión de precios y expone que, cuando se hace un contrato a largo plazo –el de Bilbobus es de 10 años– las previsiones de los vaivenes económicos que pueda haber son inciertas. “Normalmente se ponía que se iba a subir de acuerdo al IPC, pero la ley de desindexación de la economía para mano de obra detalla que solo puede contemplarse la misma subida que los funcionarios”, indica Alday en relación a este trámite administrativo que están abordando ahora y que podría no servir para nada en el caso de que finalmente se optara por una gestión directa del servicio.
DIFERENTES ESTUDIOS
Y es que actualmente hay una empresa externa analizando la viabilidad de que el Ayuntamiento asuma la dirección de Bilbobus, tal y como han solicitado en reiteradas ocasiones algunos grupos de la oposición para poder tener más capacidad de intervención. No obstante, Nora Abete recordaba en un pleno que la gestión directa no evita que se produzcan conflictos laborales y aludía a lo ocurrido en el Consistorio en Gasteiz, donde la compañía municipal Tuvisa protagonizó el año pasado varias huelgas. Tampoco garantiza que el coste sea superior o inferior. “Pretendemos analizar todas esas decisiones. ¿Y qué ocurre con la plantilla? ¿Sabemos si quieren someterse en igualdad de condiciones a los trabajadores de este Ayuntamiento?”, exponía.
Por otro lado, el Consistorio está abordando otro estudio para terminar de reorganizar las líneas de autobús con el fin de mejorar la cobertura que da a los barrios altos a los que no llegan otros transportes como el metro. “Ahora hay que mandar las conclusiones técnicas a los grupos de interés como asociaciones de Bilbao, grupos políticos... Todos han podido mandar, a la empresa que está haciendo ese trabajo, sus aportaciones. Con ello y el estudio puramente técnico, ahora hay que devolver los resultados a la gente”, afirma Alday.