La celebración de los partidos de la Europa League en Bilbao deja en la capital vizcaina miles de euros y permite a la hostelería de la villa hacer caja con las miles de personas que salen a la calle en estas citas deportivas. Así fue en el partido contra la Roma, contra el Rangers y contra el Manchester United.

Acoger partidos de estas características necesita de un sistema de seguridad coordinado por la Ertzaintza y la Policía Municipal de Bilbao para mantener la armonía entre las dos aficiones. Sin embargo, aplicar estos protocolos de seguridad afecta directamente a algunos establecimientos hosteleros y comercios.

Y es que, tal y como ocurrió en los partidos anteriores, hay calles de la villa que debido al corte de las mismas con motivo del dispositivo de seguridad se ven afectados. Los establecimientos hosteleros, principalmente ubicados en Rodríguez Arias -entre Sabino Arana y María Díaz de Haro- y los que se sitúan entre Sagrado Corazón Y la calle Felipe Serrate, fueron obligados a cerrar sus locales tres horas antes de los partidos. Una medida que, según aseguran los propios hosteleros “nos supone una importante pérdida económica”.

"La seguridad es lo primero"

La última afección la sufrieron en el partido de ida de las semifinales de la Europa League contra el Manchester United, día en el que estuvieron cerrados “tres horas sin poder facturar absolutamente nada, lo que supone una pérdida mínima de entre 2.500 y 3.000 euros por bar”.

Sin embargo, los hosteleros de las calles afectadas reconocen que “la seguridad” es lo primero, “sobre todo para partidos de alto riesgo que si el Athletic continúa en competiciones europeas podrían llegar”, para que el evento transcurra sin incidentes mayores pero no comprenden que se vean “tan afectados” ya que “nunca ha pasado ningún incidente”, señalan haciendo referencia a los tres partidos de la competición continental que el Athletic ha disputado la presente temporada.

A menos de dos semanas de que miles de aficionados ingleses -con o sin entrada- recalen en Bilbao, los locales afectados se reunirán con la Asociación de Hostelería de Bizkaia para ver qué propuestas pueden realizar de cara a que se les permita abrir el día de la final. “Pasamos de vender 600 bocatas en día de partido a quedarnos con la mitad de ellos sin vender, algo más de 1.500 euros solo en bocadillos”, apunta uno de los hosteleros cuyo local se encuentra en la zona mencionada.