Parecía 15 de agosto en Bilbao, el Día de la Amatxu, pero en realidad era un 22 de marzo que pasó de insípido a gustoso, de anodino a memorable. Y todo por arte y gracia de las cientos de personas que abarrotaron la basílica de Begoña para asistir a la XXIII edición del Miserere. Suyos fueron los 3.990 euros donados para tratar de devolver la esperanza a personas y familias afectadas por la dana. La Hermandad de Begoña ha puesto el resto hasta 8.000 euros que ya han sido enviados a Cáritas Valencia.
El dinero recaudado en este concierto sacro y solidario servirá para apoyar proyectos de recuperación y reparación de daños sufrido tras la catástrofe natural sufrida a finales de octubre del pasado año. La simbólica entrega del cheque se hará más adelante, cuando las fechas y compromisos previos lo permitan. Lo importante era la respuesta y, una vez más, ha sido sobresaliente.
Nunca había visto tanta gente
El propio párroco, Ignacio Fernández, se sorprendió al ver tanta gente en el templo y llegó a decir que nunca había visto tanta gente en un concierto en Begoña. Un llenazo que acreditaron los propios cofrades de Begoña y personal de la basílica que hablan de una “asombrosa afluencia de público que se acercaba al templo en oleadas”.
Veinte minutos antes de que empezase el Miserere 2025 ya estaban ocupados todos los bancos y la gente tuvo que quedarse de pie buscando el apoyo en paredes y columnas “e incluso a sentarse en las columnas a mitad del concierto”, recordaban desde la Cofradía. “En la sacristía se habían recibido numerosas llamadas solicitando información sobre el concierto, pero nadie esperaba tanta gente”, resumían.
Tres pantallas gigantes
De hecho, fueron repartidos un total de 927 programas de mano, dato que certifica la cantidad de público asistente a este concierto sacro que revestía un cariz especial ya que hubo dos coros (habitualmente solo hay uno), hubo varios solistas cuando otros años no se contempla esta figura, se cambiaron las escaleras del presbiterio por el coro, hubo tres pantallas gigantes en vez de una para poder seguir el evento…
Novedades que acompañaron al ‘Requiem’ de Brahms interpretado por 58 voces pertenecientes al Coro Rossini (27) y a la Coral Brahms (31) que, precisamente, hacía su presentación pública tras su constitución el pasado año. A ellas y ellos se sumaron Olatz Saitua (soprano), José Manuel Díaz (barítono), Miriam Cepeda (organista titular de la basílica) y Lander Bilbao (timbal), y la batuta de Gorka Sierra.
“No cabe duda de que uno de los motivos del éxito fue la calidad de obra, pero muy probablemente el motivo principal del éxito de asistencia fue la voluntad de colaborar con los proyectos de reparación de los catastróficos daños sufridos en Valencia que gestiona Cáritas”, concluyeron desde la Cofradía de Begoña.