Vinilos antiguos, libros de segunda mano, camisetas de fútbol, toda clase de antigüedades, manualidades... Todo eso y más es lo que han podido encontrar los curiosos que se han acercado hasta el mercadillo vintage que se ha celebrado durante la mañana de este sábado en la Plaza Corazón de María, en Bilbao La Vieja.
Desde las 10.00 hasta las 15.00 horas, más de cincuenta puntos de venta han compuesto este rastro que está organizado por la Asociación Bilbao Histórico y que se celebra dos veces al año, en mayo y en diciembre. Uno de ellos ha estado regentado por Lol Fernández. Vecino de la zona, se ha decidido por poner a la venta todo aquello que tenía por casa y que podía tener un interés para el público. Los vinilos y los libros han sido sin duda los productos estrella en su puesto. "Son lo que más están llamando la atención de lo que tenemos. A estos mercados viene gente a la que le gusta tocar el género, por eso triunfa tanto la música como la lectura en formato físico aquí", comenta. Respecto a las ganancias que espera obtener, afirma que ya ha rentabilizado lo que le ha costado montar el tenderete, por lo que se muestra satisfecho.
El puesto de Patricia Núñez destaca por la variedad. Desde llaveros hasta zapatos, pasando por todo tipo de juguetes y de artículos artesanos. "A la gente le gusta ver toda clase de cosas", confirma la vendedora. Además, añade que hay personas que aprovechan este tipo de mercadillos cuando se aproximan las navidades para poder obtener algún regalo especial, mientras que otros simplemente se dan un paseo para ver si encuentran algo. Es el caso de Yolanda González, que ha acudido al rastro junto a su hija. En una pequeña bolsa llevan lo único que han comprado en su visita, unas figuras de PlayMovil, pequeños juguetes que son difíciles de encontrar por separado.
Quizás los hayan obtenido en el mostrador de Begoña Núñez, quien vende todo tipo de objetos junto a su familia. Sus más de 12 años de experiencia le permiten valorar la trayectoria de estos rastros en Bizkaia. "Antes la gente sí que compraba más de cara a navidades pero la economía ha cambiado mucho. Estos productos no son de primera necesidad por lo que si no llegas a final de mes, pasas de largo", afirma con tristeza. Por otro lado, destaca que este mercado es uno de sus favoritos, junto al de Mungia, ya que el abanico de artículos a la venta es muy amplio.
Luis Ángel Ortega es todo un experto en este tipo de mercadillos. Más de cincuenta años a sus espaldas comerciando con todo tipo de productos lo avalan. "He vendido todo lo que se puede imaginar durante más de cinco décadas. Colecciones que la gente que venía no había visto nunca", afirma orgulloso. Este sábado no tiene planeado comprar nada, salvo que vea algo excepcional, como un reloj a buen precio. Tras sufrir un infarto, se deshizo de todos los objetos que tenía en su poder. "He malvendido todo y ahora solo quiero vivir tranquilo", comenta. Pese a no ejercer como vendedor, su curiosidad sigue intacta. Eso es algo que nunca se pierde.