Desde decisiones más ligeras como votar por el cartel ganador de la próxima Aste Nagusia, hasta otras de más calado como definir las obras que se llevarán a cabo un barrio a través de Auzokide Plana. Los ciudadanos tienen en sus manos cada vez más mecanismos de participación con los que garantizar que su opinión cuenta. Y cuenta cada vez más, porque la puesta en marcha de dichos procedimientos es indispensable para contrarrestar los populismos y la desafección política de la sociedad. El Ayuntamiento de Bilbao ha presentado este viernes su Estrategia de Participación 2024-2027 con la inclusión de nuevas herramientas para seguir dando pasos en esta materia. Así, en los próximos años, entre otras actuaciones, prevé potenciar los consejos de distrito como espacios de rendición de cuentas del Ayuntamiento, reducir la brecha digital de las entidades, realizar una prueba piloto con la Asamblea del Clima o presentar una candidatura para albergar un evento internacional en materia de participación.
“No entendemos un Bilbao sin la participación de bilbainos y bilbainas”, ha destacado Eider Inunciaga, concejala de Euskera, Atención y Participación Ciudadana, Agenda 2030 e Internacional, quien ha detallado que el carácter participativo forma parte de la identidad de la ciudad. En ese sentido, ha subrayado, por una parte, que así lo demuestran la evolución del número de asociaciones registradas –que han pasado de 1.122 asociaciones en 2011 a las 1.718 asociaciones actuales– y también la trayectoria del propio Consistorio que lleva “muchos años” siendo referente en materia de buen gobierno, transparencia y participación ciudadana. Con todo, apenas un día después de que la Diputación Foral de Bizkaia aprobara en su consejo de gobierno el tercer Plan de Participación Ciudadana 2024-2027, elaborado con propuestas de 1.600 personas y agentes, el Ayuntamiento bilbaino ha presentado su estrategia para seguir dando pasos en este camino.
CONTINUIDAD AL TRABAJO REALIZADO
“Para nosotros fomentar la participación ciudadana es imprescindible porque es un derecho. Sirve para detectar los problemas y las soluciones antes. Es una herramienta efectiva para elaborar políticas públicas en base a las peticiones de los ciudadanos”, ha declarado Inunciaga, quien ha puesto en valor que la nueva estrategia busca “dar continuidad al trabajo realizado”. En ese sentido, ha recordado que los primeros mecanismos de participación se implantaron en 1989, con la creación de los consejos municipales de distrito. Con la entrada del nuevo siglo, en el año 2000, se pusieron en marcha el Consejo de Mujeres de Bilbao por la Igualdad y el Consejo Cívico de la Villa “como espacio de pensamiento estratégico”. En 2012 comenzó el proceso participativo del actual Plan General de Ordenación Urbana y en 2016, la primera edición de Presupuestos Participativos, además de la incorporación de las proposiciones vecinales en el pleno. Así, en la última década, se ha pisado el acelerador incluyendo cada vez más herramientas.