Alas 9.00 horas ya comenzaban a verse este viernes roscones de Reyes paseando por Bilbao. Decenas de personas con torres de hasta tres roscos en sus manos acudían hasta sus casas tras haberse dado un buen madrugón. Y es que tanto es el amor por este postre que muchos vizcainos no dudaron en acercarse hasta las pastelerías artesanas de Bilbao a primera para hacerse con uno de ellos, incluso antes de que abriesen sus puertas. Una de las que más cola aglutinó fue la pastelería de Don Manuel, donde preveían vender cerca de mil roscones. Hasta una hora tuvieron que esperar quienes se acercaron este viernes hasta allí y es que, como aseguraba Martín Ortíz, uno de los primeros en salir por la puerta con dos roscones “estos nunca fallan, gustan a toda la familia”.
Para gestionar las cola y amenizar la espera, en Don Manuel han implantado un sistema de turnos en el que, introduciendo el número de teléfono móvil, para cuando al cliente le queden por delante diez turnos, le llegue un mensaje avisándole. “Esto te da la posibilidad de ir a hacer un recado o a tomar un café y no tener que estar pasando frío”, explican desde la pastelería. Sin embargo, confiesan que “aún así, hay gente que decide esperar”. Es el caso de José Mari Escudero, que sin haberle llegado el mensaje, ya estaba esperando a la cola. “He llegado a las 8.40 horas y aunque aún no he recibido la notificación de que me quedan diez números por delante me he acercado porque en vez de estar por ahí dando vueltas, estoy aquí esperando a que me toque”, indicaba. Y es que, para este bilbaino “la espera, sin duda, merece la pena”.
Y aunque los bilbainos ya tienen claras sus preferencias, para quien viene de fuera de Euskadi, le llama tanto la atención la cola que se genera por los roscones de Reyes que le anima a esperar. “Somos extremeños y vivimos en Madrid, pero tenemos familia aquí y en Reyes siempre venimos. Estos nos los hemos probado nunca pero dicen que son de los mejores y a juzgar por la cola, así debe ser”, indicaban entre risas María Mendoza y Alberto Álvaro.
¿Cuál es el sabor estrella?
Aunque en la variedad está el gusto, desde Don Manuel cuentan que “el roscón estrella es el que no lleva nada, el de toda la vida, sobre todo para desayunar y la merienda, para el unte”. Desde El Corte Inglés, por su parte, señalan que el que más se vende es el mediano relleno de nata, que supone entre un 35 o 40% de las ventas, llegando a vender, en Reyes y los días previos, hasta 17.000 roscones. Y es que el postre estrella de estas fechas que comercializa El Corte Inglés es otro de los favoritos de los vizcainos, y tanto es así, que al igual que en las pastelerías a pie de calle, antes de que abriese sus puertas, ya contaba con una gran cola de gente que buscaba llegar de los primeros a la sexta planta para hacerse con ese ansiado dulce. Y no era para menos, porque a las 10.0 horas la planta ya contaba con largas colas. Sin embargo, aunque la cantidad de gente era considerable, los tiempos de espera no eran excesivamente largos. Una cola para aquellos que tenían los roscones reservados y dos para los que los iban a comprar ese mismo día.
Y aunque algunos estaban acostumbrado a reservar todos los años, en esta ocasión les ha pillado el toro y tuvieron que esperar a comprarlos. Fue el caso de María Jesús Rodríguez, que por primera vez estaba esperando por el roscón de Reyes de El Corte Inglés, ya que, normalmente se anticipa reservándolo. “Llevamos ya muchos años consumiendo el rosco de El Corte Inglés y siempre reservamos, pero este año cuando llamamos nos dijeron que no cogían ya más reservas”, contaba. Sin embargo, eso no impidió que hoy tanto ella como su familia disfruten de este postre que ya es una tradición inquebrantable. “No podía faltar así que he venido a primera hora para hacerme con uno. No es un postre que me vuelva loca pero no puede haber un día de Reyes sin este roscón”, explicaba.
A Iratxe Lazkano y Laura Ayuda les sorprendió la cola porque “nunca antes habían visto esta locura por el roscón de reyes”, aunque admiten que “calidad-precio, es de los mejores”. En su caso, ambas aprovecharon para comprar el relleno de nata aunque Iratxe aseguraba que no se iba a resistir a quedarse solo con uno y que aprovecharía para comprar también el de crema. “Mejor que sobre que falte, es una vez al año”, decía entre risas.
