El aeropuerto de Bilbao está de celebración. El pasado mes de julio “sobrevoló” su plusmarca mensual y dejó el mes de julio con un récord histórico de 679.997 viajeros, un 17,1% más que hace un año. Un dato digno de mención no solo por la cantidad de viajeros que trasladó, sino por la satisfacción de los mismos.

 Una muestra de ese imparable trasiego de viajeros son precisamente estos días de puente, en los que coincide esos cuatro días que algunos afortunados han logrado enlazar, la salida de quienes inician sus vacaciones esta segunda quincena de agosto y los que regresan a casa tras disfrutarlas. En estos cuatro sumarán un tota de 735 operaciones, y que hacen prever que también agosto será un mes que quedará para el recuerdo en los anales de la historia del aeropuerto. Precisamente ayer, el aeródromo vizcaino vivió su jornada de más tránsitos, con 153 vuelos entre salidas y llegadas, que se suman a los 149 del pasado viernes, los 139 del sábado, los 151 del domingo y los 143 que están previstos para mañana martes.

 La gran afluencia de la temporada de verano no ha impedido que los desplazamientos se realicen con éxito. El número de operaciones realizadas a lo largo de julio –la suma de despegues y aterrizajes– ha sido de 5.133, superando en un 9,9% los datos de hace un año. Los diferentes usuarios del aeropuerto trasladan su satisfacción. “Hay colas pero avanzan rápido”, expresa tranquilamente Jose Egiluz, quien acompaña en la fila a su nieta Janire que viaja a Copenhagen de Erasmus. “Lo va a pasar genial”, matiza.

 En la zona de llegadas una treintena de taxis esperaban a las avalanchas de turistas. A pesar de que la flota– junto al servicio de Bizkaibus– es más que suficiente, algunos han preferido ser recogidos por sus familiares. Es el caso de Javi Ruiz, quien desde Gasteiz ha acudido responsablemente a la llamada de sus aitas que acaban de volver de Menorca. “Lo hace porque le hemos dejado la casa libre para celebrar las fiestas de la Virgen Blanca”, confesaba uno de ellos entre risas, pero también con la ilusión propia del reencuentro.

Muchas emociones a flor de piel en el interior de las icónicas aristas que junto a su triangular ventanal forman el aeropuerto de `La Paloma´. Desde los más insólitos reencuentros a las más tristes despedidas. Sin embargo los viajeros no son los únicos conmovidos estos días, el propio aeropuerto brilla eufórico ante el buen desempeño del pasado mes.

 Excursionistas de todos los lugares del mundo se han podido avistar, aunque los más lejanos han sido los japoneses Yune y su mujer. Llevan más de 20 horas en ruta desde su partida desde Singapur y esperan ávidamente a coger el autobús para su llegada a Donostia. “Nos han dicho que se come muy bien”, indicaban molidos.

 El aeropuerto de Bilbao causa verdadero fervor en los extranjeros con un aumento del 37,4% de los viajeros internacionales. Más de 295.377 en el mes de julio. En cambio, los turistas estatales equivalen a 383.598 pasajeros, un 5,2% más que hace un año. Por lo tanto, es el turismo internacional el gran protagonista de este éxito que remarca el atractivo turístico y deja atrás los efectos de la pandemia.

“Tenemos suerte de contar con un aeropuerto seguro”, manifiesta Andrés León, miembro de seguridad del lugar. “Hace unos días una señora robó una tablet y enseguida lo descubrimos. En el aeropuerto queda todo grabado”, declara. A la hora de preguntar a los trotamundos por sus preocupaciones la respuesta no ha sido ni las maletas, ni el transporte: la mascota. Varias como Ana y María manifestaban la dificultad de viajar con sus mascotas.

 ‘La Paloma’ es el punto de inicio y testigo de todo tipo de historias. De momento, toca embarcar a la espera de si el aeropuerto de Bilbao mejora su plusmarca a final de año.