Sale de casa para ir a trabajar; quizá lo haga en tren, en metro, en tranvía o en autobús. En cualquiera de los casos, como media no tendrá que esperar más de ocho minutos en la parada. Los bilbainos son los que disfrutan de una mayor frecuencia en sus transportes públicos de todas las grandes ciudades del Estado; en Tenerife, por ejemplo, la media es de 18 minutos, casi tres veces más. La mayoría de ellos realizan un trayecto de 7,57 kilómetros al día, en un solo medio de transporte y sin trasbordos, y lo utilizarían más si fuera más barato y hubiera más frecuencias.

Así se desprende de un estudio sobre transporte público realizado por Moovit, una de las aplicaciones de movilidad urbana más utilizada del mundo. En su informe, ha analizado las solicitudes de viaje realizadas para descubrir las últimas tendencias de transporte y ofrecer una radiografía de cómo se mueven las personas en sus ciudades: en qué ciudades los usuarios tienen que esperar más a su transporte, cuánto dura el transporte medio, qué distancia recorren los ciudadanos hasta sus lugares de trabajo en autobús, metro, tren o tranvía...

La duración media de los trayectos que los bilbainos realizan en el transporte público es de una media de 28 minutos –incluyendo el viaje a pie hasta la parada, la espera y el viaje en sí–, la misma que en Granada y solo por encima de los 22 minutos que emplean los burgaleses. La mayoría de los vecinos –dos de cada tres– tardan menos de media hora desde que salen de casa y llegan a su destino y solo un 3,28% tarda más de una hora.

Por encima, y a mucha distancia, están en el primer puesto de este ranking los vecinos de Madrid, que pierden cada día 48 minutos en cada viaje. Le siguen Tenerife y Barcelona, con 41 minutos en cada uno de los casos; Mallorca y Sevilla, con 38; Málaga, con 36, y Zaragoza, con 32.

Es que en Bilbao está todo a tiro de piedra, podrían pensar algunos... No parece ser el caso. Y es que los bilbainos no son, precisamente, los que menos distancia recorren cada día en transporte público: cubren 7,57 kilómetros por cada trayecto, por debajo de Mallorca (12,97), Tenerife (12,76), Madrid (11,59) o Barcelona (10,28) pero por encima de Málaga (6,81), Valencia (6,35), Sevilla (5,04), Vigo (4,67), Zaragoza (4,11), Granada (3,21) y Burgos (2,57).

La distancia no parece ser el factor que más condiciona la duración del viaje. Y es que mientras en Bilbao se tarda 3,6 minutos en recorrer cada kilómetro –en Mallorca lo logran en 2,9 y en Tenerife, en 3,2–, burgaleses y granadinos necesitan más de 8, en Zaragoza se superan los siete minutos y en Sevilla, Málaga o Valencia están por encima de seis. ¿Madrid y Barcelona, las urbes más grandes del Estado? 4,1 y 3,9 minutos, respectivamente.

Dejando a un lado la congestión del tráfico, que solo se aplicaría en el caso de los autobuses, la distancia de casa a la parada de autobús o tren, y el tiempo de espera hasta que llegue este son los condicionantes con más peso. El 95% de los vecinos de la capital vizcaina tienen una parada a menos de 300 metros de su casa y los tiempos de espera hasta que pase la unidad también es la más baja del Estado: ocho minutos de media, cuando por ejemplo en Tenerife se llega a los 18; en Sevilla son 14; 12 en Vigo o Madrid; 11 en Valencia, Zaragoza o Barcelona; 10 en Granada, y 9 en Burgos. Casi la mitad de los bilbainos apenas pasan cinco minutos en la parada y solo un 4,1% tienen que esperar más de 20 hasta que llegue su medio de transporte.

Sin trasbordos Los viajes en transporte público que realizan los bilbainos son, en general, directos, sin que tener realizar trasbordo y utilizan solo un medio; solo uno de cada cuatro tienen que realizar dos trasbordos y apenas el 1,64% cambian tres veces de modo.

Con todo, ¿qué haría que los bilbainos utilizaran más el transporte público? Como en tantas ocasiones, el bolsillo manda. Y es que un precio más bajo atraería al 22,13% de las personas, el mismo porcentaje que afirma que cogerían más el tren, el tranvía, el metro o el autobús sin las frecuencias fueran mayores y las esperas en las paradas, más cortas. Una de cada cinco personas se lo plantearía si los viajes fueran más cortos. Que la información de las llegadas y salidas sean más fiables; sentirse más seguro en el transporte público; hacer menos trasbordos con líneas más directas hasta el destino; vehículos con menor nivel de ocupación y más limpios, al igual que las estaciones y paradas, son otros de los incentivos que animaría a los bilbainos a utilizar más el transporte público.

El análisis también se ha fijado en cómo ha condicionado la pandemia del covid los hábitos de los usuarios a la hora de utilizar autobuses o trenes. Y, según se desprende de los resultados, parece que no lo ha hecho demasiado: seis de cada diez viajeros afirman que no ha afectado a la frecuencia con la que utiliza el transporte público, incluso hay casi un 20% que asegura hacerlo con mayor asiduidad. De hecho, solo una de cada diez personas lo utiliza menos; un 3,3% no lo utiliza y el 2,5% ha cambiado a otros modos de transporte.