Para todos aquellos que este domingo sopesen pasar una tarde dentro del Arriaga, se encontrarán con la opereta Una noche en Viena. Ahora bien, al parecer la expectación, hoy, también se sale fuera de las paredes del teatro.

La plaza se encuentra perimetrada por unas vallas. En el centro, se alza una estructura de 10 metros de largo por 10 de ancho. Una grúa, fotógrafos, cerca de ocho operarios pintando y montando… Pero, ¿el qué? 

Muchas preguntas. Esto es lo que se hacen todos los viandantes que hacen un alto en su camino. Dedos apuntando, cuchicheos, móviles en la mano. “Hemos visto un escenario y por curiosidad, a ver qué es lo que quieren hacer ¿Puede ser que sea algo del museo Guggenheim? Como este fin de semana ha habido cosas por ahí… Sí, yo creo que es algo de eso”, afirmaban Santiago y Marisol.

 “Allí he estado mirando y se ven como calles, carreteras… ¿Es algún plano?”, preguntaba Jose Antonio. “Nos hemos sentado aquí a descansar y nos hemos encontrado que están trabajando en algún rollo tipo maqueta o mapa o ciudad”, decía Alex, desde las escaleras. “Creemos que puede ser Bilbo. Pero al ser un escenario tan grande pensamos que igual juegan con luces”, añadía Sara. “Igual están mirando ya para Navidades y ponen en medio el árbol”, matizaba la joven.

Estos últimos chavales estaban en lo cierto, en algo. Efectivamente, en la base del escenario se ve una maqueta y la ciudad, es Bilbao. “¿La estructura es muy grande? Qué va, si aquí todo se hace a lo grande, estamos en Bilbao. En el espacio del centro, igual colocan la torre Iberdrola, que también es muy grande”, sentenciaba Marga.

Detrás de este artístico mamotreto se esconde BBK y en los próximos días, quien se acerque hasta allí disipará el halo de misterio que lo envuelve.