Tras dos años de emergencia sanitaria y restricciones por doquier, el festival Open House recuperaba este pasado fin de semana su formato inicial sin inscripciones previas para acceder a los edificios. El resultado es que unas 22.000 personas se han dejado conquistar por este certamen que combina el urbanismo, con la arquitectura, la historia...

En esta sexta edición fueron abiertos al público 64 espacios, y como en todo, siempre hay preferidos. En este caso, los edificios más visitados han sido el Sifón de Deusto, Ibaigane y el Palacio Olabarri. Mucho interés han despertado también Casa Aburto y Hotel Tayko; y las actividades en la calle que más han interesado han sido los recorridos en barco y las visitas de autor.

Los promotores de esta iniciativa han querido poner en valor que se trata de una magnífica oportunidad para "tomar conciencia sobre la ciudad a través de su arquitectura y urbanismo. El evento da a conocer, difunde y socializa la arquitectura y urbanismo entre un público amplio de manera participativa". Y lo hace gracias al trabajo de quinientas personas voluntarias que han contribuido, un año más, al el desarrollo del festival