La gestión, operación y mantenimiento del nuevo sistema OTA de Bilbao va implicar una serie de actuaciones tecnológicas que van a imposibilitar que, como ocurría en los nuevos contratos licitados en anteriores convocatorias, el traspaso sea de un día para otro.

El director de Movilidad, Ignacio Alday, detallaba a este periódico cómo el contrato que se adjudique antes de finalizar este año constará de dos partes en el tiempo. “La primera fase llevará entre 8 y 10 meses, en la cual el nuevo contratista se encargará de desarrollar los nuevos aspectos tecnológicos que requiere el pliego de condiciones”.

En ese periodo, la empresa ganadora del concurso deberá adaptar el actual centro de control del sistema OTA para que acoja, por ejemplo, todos los nuevas categorías y tiques que se estrenarán, así como las integraciones con otras aplicaciones municipales.

También deberá cambiar la aplicación Bilbaopark que muchos conductores tienen en su teléfono móvil para abonar el aparcamiento sin necesidad de acercarse a un parquímetro. Así mismo, las máquinas expendedoras de boletos sufrirán una actualización de calado, la cual acompañará a las aplicaciones informáticas que usan los empleados de la OTA que controlen los estacionamientos pintados en las calles de la villa desde el interior de los coches de vigilancia y sanción.

El Ayuntamiento se ha mostrado muy serio en que la nueva ordenanza entre en vigor el 1 de octubre de 2023, “independientemente de la fecha en la que se produjera el inicio del contrato”, especifica el pliego de condiciones .

La nueva ordenanza entrará en vigor el 1 de octubre de 2023, “independientemente de la fecha en la que se produjera el inicio del contrato”

En una situación poco habitual, mientras el nuevo contratista se encarga de estas labores de modernización tecnológica, el actual, la empresa Gertek, que tiene un año prorrogado su contrato hasta marzo próximo, continuará prestando servicio hasta octubre sin ningún cambio. “Van a convivir dos contratos a la vez aunque eso el usuario no lo va a percibir”, especificaba el director de Movilidad.

Finalizada esta primera fase -que se incluye en el total de 48 meses del contrato- comenzará la segunda de gestión directa. Octubre de 2023 seguro que será un mes complicado para los conductores, gestores y los responsables del Ayuntamiento ya que unos cambios tan drásticos a todos los niveles generarán problemas de diferente magnitud.

Plantilla y convenio

Uno que está latente desde hace años es la situación laboral de la plantilla de 150 personas que componen el sistema OTA. Aunque la subrogación de todos los trabajadores es obligada por ley, y tienen el puesto asegurado, el comité de empresa mantiene desde hace años una lucha enconada con las diferentes empresas que han gestionado la OTA para redactar un nuevo convenio colectivo y derogar el que se viene prorrogando desde hace once años.

De hecho, la plantilla salió a la calle con protestas delante del Ayuntamiento y protagonizó una jornada de huelga el pasado día 31 de marzo cuando el pleno municipal aprobaba la nueva ordenanza.

La drástica evolución que va a protagonizar la OTA en el próximo año puede ser una buena palanca para solucionar este problema laboral enquistado desde hace más de una década. Sobre todo porque va a influir en los puestos de trabajo y las labores que los empleados llevan a cabo hoy y eso tendrá que concretarse en un nuevo convenio.

Multarán a los que ocupen la carga y descarga 

La ordenanza de la OTA por implementarse también trae una nueva labor para los empleados que vigilen el estacionamiento en la ciudad. A partir de octubre de 2023, tendrán la capacidad de sancionar a todos aquellos vehículos que estacionen de forma ilegal tanto en las múltiples zonas de carga y descarga de mercancías existentes en la ciudad como en aquellas parcelas destinadas a vehículos que tengan la tarjeta de personas discapacitadas.

En la actualidad, esta labor sancionadora es llevada a cabo por los agentes de la Policía Municipal, pero al pasar en un futuro a los vehículos de la OTA es evidente que cazarán a muchos más vehículos estacionados ilegalmente.

El proceso de sanción, para estos vehículos, y para el resto se iniciará cuando las cámaras que los coches OTA tienen instaladas en sus techos registren el incumplimiento de la normativa. El sistema recibirá la matrícula del infractor, la ubicación lo más precisa posible del vehículo, la fecha y hora exacta de la detección y fotografías del turismo en su indebida posición, así como de la matrícula.

Será el Centro de Control quien procesará la información recibida del sistema de lectura de matrículas y en caso de que el vehículo no se encuentre debidamente autorizado, y en función de las evidencias recopiladas por el sistema de lectura, emitirá de modo automático una propuesta de sanción por incumplimiento de la ordenanza.

Toda esta información será validada por empleados del contratista, con el correcto conocimiento de la ordenanza y su diferentes casuísticas, que darán el visto bueno final a la multa.