Egoitz Bikandi se cansó un día de ver cómo el patio de manzana que observaba desde su ventana no solo se desaprovechaba, sino que crecía el riesgo de que se convirtiera en un foco de infecciones y peligro. Un anuncio en un periódico fue la chispa que le despertó la idea: recuperar esos 850 metros cuadrados para crear un espacio de ocio que todos los vecinos pudieran usar para disfrutar y jugar. Ahora sueña con el día en que pueda ver a sus hijos corretear por el nuevo jardín y cómo crecen los tomates y los calabacines en el huerto, puesto ya en marcha el proyecto piloto que va a desarrollar el Ayuntamiento de Bilbao y que irá extendiendo a otros espacios similares de la villa. “Ese espacio que estaba olvidado puede ser beneficioso para todos los que vivimos aquí”, confía.

Egoitz y su familia llevan viviendo en Camino del Bosque desde 2017. Aunque él ha vivido toda la vida en el Casco Viejo, siempre ha tenido una vinculación especial con Atxuri. Su vivienda se sitúa en el bajo, por lo que conoce de primera mano el estado en el que se encontraba el patio de manzana que comparten las comunidades de los números 11, 13 y 19 de Camino del Bosque, y 28 de Zabalbide. “Se había convertido en una escombrera, un vertedero: se tiran colillas por la ventana, basura, se alimentan gatos sin autorización, lo cual está prohibido y puede provocar muchísimos problemas de salubridad, hay personas que saltan el muro y defecan... Incluso ha habido hurtos: zapatillas, sillas de playa, gasóleo que usábamos para la desbrozadora...”, enumera. Aunque periódicamente, junto a algunos vecinos, desbrozaban y limpiaban la zona, e incluso el Ayuntamiento enviaba una cuadrilla de tanto en tanto, la degradación volvía a hacerse visible. Fue un recorte de prensa, que Egoitz vio en octubre de 2019, sobre las actuaciones de regeneración que llevaba a cabo Surbisa lo que le encendió la bombilla de hacer algo con aquel espacio al que él veía tantas posibilidades. La pandemia paralizó el proyecto que comenzaron a esbozar junto a la sociedad municipal, pero finalmente pudieron recuperarlo el año pasado.

“Me gustaría que este patio fuera un espacio abierto que se llenara de vida”

Egoitz Bikandi - Vecino de Camino del Bosque

Egoitz no solo consiguió que Surbisa se fijara en esos espacios a menudo olvidados para fijar un programa para recuperarlos, sino que logró también poner de acuerdo a dos de las cuatro comunidades que comparten el patio de manzana. Las dos restantes, lamenta, no han querido participar en el proyecto. “Se han ido implicando las comunidades y yo creo que eso ha sido muy positivo; el proyecto, en estas dos, se ha aprobado por unanimidad”, muestra su satisfacción.

Pero hasta que ha llegado el apoyo de Surbisa y el Área de Regeneración Urbana del Ayuntamiento de Bilbao, Egoitz no ha estado de brazos cruzados. Él mismo ha plantado un pequeño huerto en el patio, una actividad que ha enganchado también a otros vecinos. “En marzo plantamos semillas de calabacín, plantas de tomate... Tenemos también conejos y gallinas, peces, zapaburus... Mis hijos, y algunos compañeros del colegio que han venido han podido ver cómo han crecido. Es muy enriquecedor para ellos”, explica. De hecho, están ya en contacto con el colegio de Atxuri para que los alumnos más pequeños de este centro puedan acudir para disfrutar de un espacio verde en medio del asfalto. “Me gustaría que fuera un espacio abierto que se llenara de vida”, sueña.

Lo que sí tiene claro es que el proyecto para recuperar este pequeño futuro paraíso no termina con el fin de las obras que se llevarán a cabo. “Hay que definir bien la normativa de uso del espacio, no es simplemente arreglarlo y dejarlo ahí. Y terminar con algunos actos incívicos que se producen y que se debería trabajar para atajarlos. Si no, volveremos a tener el mismo problema con el tiempo”, alerta.