Algunos han llegado a convertirse en auténticos vertederos en los que se acumulan los desechos y las ratas campan a sus anchas; la mayoría, cuando menos, languidecen vacíos sin uso. Y a menudo generan conflictos entre los propios vecinos de los inmuebles que los rodean. El Ayuntamiento de Bilbao ha puesto en marcha un nuevo programa para convertir patios de manzana en parques y jardines que puedan disfrutar los vecinos. La iniciativa, que incluirá tanto acompañamiento técnico como ayudas económicas, se ha estrenado con un proyecto piloto que se va a desarrollar en Atxuri, aunque se han identificado ya medio centenar de espacios en los que se puede actuar.

El objetivo del Área de Regeneración Urbana del Ayuntamiento de Bilbao es recuperar, con criterios naturales y paisajísticos, espacios urbanos privados que se encuentran en una situación degradada o en desuso, aprovechando los recursos naturales para adaptarse al cambio climático, renaturalizando de esta forma patios de manzana con zonas ajardinadas e impulsando así su reutilización. “Naturalizar espacios urbanos tiene muchísimos beneficios. Estamos hablando en muchos casos de zonas degradadas en situación de abandono que ni siquiera son conocidas pero pueden llegar a generar problemas de salubridad y que están provocando problemas de convivencia entre los vecinos. Tener un patio interior en unas condiciones deplorables genera malos olores, plagas... Y eso causa malestar entre los vecinos”, advierte Iván Calderón, concejal de Regeneración Urbana del Ayuntamiento de Bilbao, quien añade que los beneficios que se pueden lograr van más allá de los edificios que rodean los patios. “Actuar sobre esos entornos beneficia no solo a esa comunidad en la que se actúa, que recupera un espacio para disfrutar, sino que repercute en toda la ciudad. Disponer de espacios verdes es mejorar la calidad del aire, reducir la temperatura, reducir el estrés, la fatiga mental... Ayudar a esas comunidades a que zonas muy degradadas se conviertan en pulmones del vecindario es importantísimo”.

“No solo la comunidad recupera un espacio para disfrutar; repercute en toda la ciudad”

Iván Calderón - Concejal de Regeneración Urbana

El primer paso está siendo identificar posibles puntos de actuación en los que se puedan llevar a cabo este tipo de recuperaciones. “Hay muchas comunidades que, aunque lo desconocemos desde fuera, tienen patios interiores con zonas verdes que en muchos casos están degradadas. Estamos en esa labor de identificar en los que se puede actuar, porque desgraciadamente hay comunidades que son muy reticentes a la hora de que se actúe sobre esos patios”, admite Calderón. Las posibilidades de actuación son casi infinitas, prácticamente tantas como zonas donde actuar, pero en esos patios, ahora en desuso, se pueden colocar zonas estanciales, bancos, jardines e incluso huertos.

Desde el área se han localizado ya un total de cincuenta patios interiores, de tipología muy diferente: los hay más pequeños, de apenas cien metros cuadrados, y más grandes, de más de 1.500. “En Zabala, por ejemplo, hay un espacio muy grande con un acceso público, con lo que sería recuperable para toda ciudadanía, no solo para los vecinos”, añade. Y aunque este tipo de espacios urbanos son más comunes en zonas como Atxuri, el Casco Viejo o Bilbao La Vieja -en las zonas edificadas posteriormente el aprovechamiento urbanístico tendió a hacerlos desaparecer-, se ubican por toda la ciudad. Y es que, por primera vez, este programa de recuperación urbana se extenderá a toda la villa, sin circunscribirse únicamente al área de actuación de la sociedad pública de rehabilitación Surbisa.

Ayudas al 50%

El trabajo se va a realizar junto a las propias comunidades de vecinos en las que se encuentren los patios de manzana, que son en última instancia quienes tienen que aprobar el proyecto y abonar su coste al 50% con el Ayuntamiento. Y es que no es siempre fácil, advierte Calderón, poner de acuerdo a los vecinos de una comunidad. “Necesitamos personas tractoras con las mismas inquietudes que tenemos desde el área, porque hay zonas privadas de uso público, hay otras privadas a las que hay que dar un uso colectivo... Personas que vean esa necesidad dentro de sus propias comunidades porque van a hacer de correa de transmisión; al fin y al cabo hay que ponerles luego de acuerdo para hacer una actuación ahí”, explica el concejal. “Creen que no van a obtener un beneficio real y hay que explicarles lo que supone contar luego con un espacio para disfrutarlo”, añade.

Por parte del área se les ofrecerá acompañamiento y asesoramiento técnico, diseñándoles incluso el proyecto que pueden llevar a cabo en su patio, además de esa subvención para sufragar la mitad de los costes de la actuación. Incluso después de las obras, se sigue en contacto con ellas para ayudarlas a regular los usos del nuevo espacio y para evitar que caiga nuevamente en desuso.

EL POST-IT

Presupuesto. El programa tendrá una línea de ayudas de 350.000 euros. “Estas actuaciones tampoco son tan costosas porque en muchos casos se trata de quitar la maleza, hacer diferentes taludes... Creemos que podremos llegar a bastantes comunidades”, confía Iván Calderón.

Uso. Las obras no implicarán un cambio de uso de los patios interiores. “Si son privados lo seguirán siéndolo, y si son públicos, los vecinos no podrán cerrarlo pese a haber actuado sobre él”, advierte el concejal.

El propio Ayuntamiento ya ha empezado a ponerse en contacto con algunas comunidades de las zonas que tiene identificadas, sin que todavía se haya llegado a cerrar ninguna actuación, pero también están abiertos a recibir y estudiar las propuestas de otras comunidades que quieran intervenir en sus patios de manzana. 

El programa se ha puesto en marcha a través de una experiencia piloto que se va a desarrollar en Atxuri, en concreto en un patio de manzana en Camino del Bosque. El espacio, de 850 metros cuadrados, y que se encontraba en una situación de abandono, se recuperará con una zona verde ajardinada, una zona de recreo y un huerto para que lo puedan disfrutar los vecinos. “En este tipo de iniciativas, como en muchas otras, la gente necesita ver cómo ha quedado una para ponerse en marcha. Y no hay nada más visual que una actuación donde se puede ver el antes y el después de en qué situación estaba un espacio degradado y cómo va a quedar”, explica Calderón. “Esta intervención seguramente anime a otras comunidades a poner en marcha este tipo de proyectos”, confía.