La vivienda y los desahucios aparecen siempre entre las preocupaciones de la ciudadanía. Y también de las formaciones políticas. En Bilbao al menos, ninguna votó en contra de esta medida encaminada a facilitar el acceso al servicio municipal que atiende ante los desahucios; porque haberlos haylos –algo más de doscientos (240) el pasado año– y todos requieren de una respuesta institucional urgente: 128 familias así lo hicieron. La nueva decisión, adoptada recientemente en el Consejo de Viviendas Municipales, aligera la carga burocrática y dulcifica los requisitos obligatorios para poder tener acceso al mismo.

La consecuencia más directa, la más evidente, es que se va a poder llegar a más personas y unidades familiares en situación de vulnerabilidad; en la mayoría de las ocasiones con contratos de alquiler. Este hecho fue debidamente valorado por los responsables políticos, aunque desde EH Bildu echaron en falta algún paso más en materia de Acción Social. De ahí que, finalmente, se abstuvieran en la votación para actualizar el contenido del reglamento. Esa revisión se antojaba ya necesaria después de varios cursos esperando sobre la mesa.

El grave impacto en las economías domésticas de los ERTE, ERE y despidos provocados por la pandemia, el alza generalizado de los precios (alimentación, electricidad, combustibles,...) y la incertidumbre alojada en las estructuras de poder han terminado por acelerar estos cambios en beneficio de esas personas y familias que atraviesan por momentos delicados. Con la reducción a dos años –antes eran tres– del criterio de empadronamiento se avanza hacia un programa más amplio que permitirá ofrecer una perspectiva más profunda de cuál es la realidad de la villa.

Más personas

La vivienda y los desahucios –junto a la inseguridad y la delincuencia– siempre han compartido espacio entre las principales preocupaciones ciudadanas. El último macroestudio de la Diputación Foral de Bizkaia volvía a poner el acento sobre ello. Con este paso, el Ayuntamiento de Bilbao –a través del Consejo de Viviendas Municipales– allana el camino para que más personas que se enfrentan a un desahucio puedan acceder a este programa en caso de necesidad y, si cumplen los requisitos, ser realojados en una vivienda de alquiler municipal.

“Por lo menos, tendrás que llevar viviendo una temporada en Bilbao para acceder al servicio”

Jon Bilbao - Presidente de Viviendas Municipales

El nuevo diagnóstico trabajado por las formaciones políticas con representación en el Consistorio coincide en el tiempo con el marco normativo extraordinario habilitado en marzo de 2020 por el Gobierno español que mantiene en suspenso –de momento hasta septiembre– los desahucios en hogares vulnerables sin alternativa habitacional. En el caso de Bilbao, el Consejo de Viviendas Municipales también acordaba a mediados del pasado mes de junio incrementar el parque inmobiliario destinado a resolver este tipo de circunstancias.

Hasta la fecha, el organismo encargado de atender asuntos relacionados con desahucios –ejecutados o en vías de ser llevados a la práctica– en el callejero de la villa disponía de 30 viviendas. Sin embargo, durante el último año hubo 39 requerimientos y la decisión adoptada en el seno del Consejo ha sido la de incluir un total de 40 pisos para acoger a vecinos desahuciados. “Si hacen falta más, se pondrán a disposición del servicio sin problemas”, sentenciaba en este sentido Jon Bilbao, concejal delegado del Área de Vivienda y máximo responsable de Viviendas Municipales.

Atención actualizada

Hacía estas declaraciones después de la sesión que convalidó el cierre del plazo de alegaciones al nuevo documento que guiará el funcionamiento del servicio municipal de atención frente a desahucios con apoyo de todos los grupos municipales salvo EH Bildu, que se abstuvo. Según explicó el concejal de Vivienda, este nuevo documento sustituirá al actual reglamento del servicio que llevaba desde el ejercicio 2013 sin haber sido actualizado a pesar de que desde entonces las economías domésticas han tenido un comportamiento condicionado por corrientes financieras ajenas sin dimensión local.

Eso sí, los rigores de estos tiempos extraños han sido tenidos en cuenta cada vez que ha sido necesario para atender a personas y familias acuciadas por la amenaza de un desahucio. “En el día a día ya íbamos acometiendo y actuando en función de los nuevos tiempos, la realidad es que el documento era de 2013, cuando no teníamos ni Ley de Vivienda de Euskadi y estábamos saliendo de la crisis económica de 2008, a la que ha seguido la pandemia y nuevas crisis”, acertaba a explicar Bilbao.

Tras destacar que el documento “sale con el apoyo de todos, lo que supone que esté quien esté y lo tenga que poner en marcha quien lo tenga que hacer en cada momento, va a contar con el apoyo de los cinco grupos del Ayuntamiento”, el concejal detalló que “lo que se ha hecho es adecuar la normativa anterior, teniendo en cuenta la Ley de Vivienda de Euskadi aprobada en 2015, que recoge el derecho subjetivo de vivienda”.

Además de este hecho meramente administrativo, el trabajo desarrollado en el seno del Consejo de Viviendas Municipales ha desembocado en otro logro: que sea un documento de consenso, enriquecido con las aportaciones de todas las sensibilidades y voluntades políticas. “Se ha procurado ser lo más flexible posible dentro de las necesidades de cada momento”, valoraba Bilbao en declaraciones a Europa Press. Las líneas centrales del nuevo diagnóstico –“se remarca el tema de la vulnerabilidad y del perjuicio económico independientemente de la crisis que tengamos”, resumía– estaban definidas desde un principio, por lo que alcanzar ese acuerdo ha resultado más llevadero.

Sobre la reducción a dos años del tiempo mínimo de empadronamiento para acceder al servicio de atención frente a desahucios, el concejal delegado del Área de Vivienda y presidente de Viviendas Municipales manifestó que “menos [tiempo] no nos parecía correcto, porque es una ayuda y un servicio que da Bilbao a sus ciudadanos por un cambio drástico en su situación económica y, por lo menos, tendrás que llevar viviendo una temporada en Bilbao”. l