No solo a vehículos a motor; la Policía Municipal también ha sancionado en lo que va de año a 249 bicicletas y patinetes eléctricos, en la mayoría de los casos por circular por las aceras. “El objetivo prioritario en materia de seguridad vial no es solo que cumplan con las normas cuando circulan por la calzada sino, sobre todo que no circulen por la acera, donde la víctima más vulnerable y a proteger por encima de todo es el peatón”, explica el comisario jefe de Seguridad Vial de Bilbao, José Julio Zamanillo.

De ese total de sanciones, 99 corresponden a patinetes eléctricos y 150 a bicicletas; el año pasado se contabilizaron 179 y 403 en total, respectivamente. Además de circular por la acera -que conlleva una multa de oscila entre los 100 y los 200 euros-, los principales motivos para que les llegue una receta son no obedecer a las señales de tráfico, no respetar semáforos en rojo, hacer uso de auriculares o teléfono móvil -otros 200 euros de multa-, superar el límite de alcoholemia permitido o arrojar objetos a la vía. También es habitual encontrarse con dos personas circulando a bordo del mismo patinete eléctrico.

Y es que, según advierte Zamanillo, los usuarios de bicicletas y los patinetes eléctricos deben recordar que son vehículos de movilidad personal y, como tal, se les aplica la misma normativa que al resto de vehículos que circulan por las calles. “Se les puede hacer una prueba de alcoholemia o de droga, no pueden hablar por el móvil ni utilizarlo mientras conducen, no pueden llevar puestos auriculares... Les es inherente cualquier norma que afecte a los vehículos, porque en realidad lo son”, enumera el comisario jefe. La diferencia es que se tramitan como sanciones administrativas, y no como penales o delitos, ya que no son vehículos a motor, pero algunas de ellas pueden llegar a alcanzar los 1.000 euros, como las que se pueden interponer por conducir superando el límite de alcoholemia, dependiendo de la tasa que se registre en la prueba y de la reincidencia.

Lo ideal, apunta, “es llegar a un punto de inflexión en el que la gente se acostumbre a circular por la calzada y, con el mismo número de controles, las infracciones y denuncias vayan disminuyendo”. Eso sería un éxito en ese objetivo de proteger al peatón, el principal caballo de batalla en materia de seguridad vial.

Ninguna por velocidad

Ninguna de las sanciones que se han interpuesto a bicicletas o patinetes eléctricos por parte de la Policía Municipal en Bilbao han estado motivadas porque los conductores excedían el límite de velocidad, y eso que, al carecer de matrícula, la tramitación sería diferente. “No hemos localizado a ninguno en los controles que realizamos pero de hacerlo, le sancionaríamos. Le pararíamos y le identificaríamos”.

Desde octubre de 2019, los usuarios de patinetes eléctricos tienen prohibido circular por las aceras y deben cumplir con las normas de conducción como cualquier otro vehículo en Bilbao. Dado el elevado porcentaje desplazamientos a pie, el Ayuntamiento se plantó para que los VMP no supusieran una amenaza para el peatón. Los seis primeros meses los incumplimientos se respondieron con recomendaciones pedagógicas, pero tras el primer trimestre de 2020 los avisos se convirtieron en obligaciones y las faltas, en sanciones.