Las bicicletas fueron han sido este domingo las protagonistas en Bilbao. Y es que la capital vizcaina ha celebrado su primer Domingo en bicicleta, una jornada con la que desde el área de Movilidad y Sostenibilidad del Ayuntamiento de Bilbao, en colaboración con la Fundación Euskadi, se busca promover el uso de la bicicleta entre la ciudadanía.

Mayores y pequeños disfrutaron de la villa sobre ruedas, conociéndola más a fondo a través de una ginkana por ambos márgenes de la ría. Mikel García, de Biziz bizi, relataba que esta actividad “es una forma de conocer la historia de Bilbao de otra manera”. En esta ocasión, los participantes tenían que responder a preguntas sobre arte en la villa. “Van a poder ver cosas que habitualmente no vemos porque no nos fijamos, con las prisas no reparamos en muchas cosas e ir en bici te da la oportunidad de hacerlo”, reflexionaba García.

EN FAMILIA

Víctor de Castro y su hijo, Bastian, fueron dos de los participantes que descubrieron con su bicicleta aspectos de Bilbao que desconocían. A Víctor le “gusta” andar en bici por la ciudad, pero lo que le “encanta” es ver cómo su hijo de cuatro años disfruta yendo en la sillita, “haciendo el avión”, abriendo los brazos cuando van algo rápido, y es que, según cuentan, la bicicleta da algo que otros medios de transportes no pueden ofrecer.

Aunque están acostumbrados a pasear en bicicleta por Bilbao, no pudieron dar respuesta a todas las preguntas que planteaba la ginkana, no porque se cansasen, sino porque por el camino se les cruzaron muchos columpios a los que el pequeño de la casa no podía resistirse. “Hemos hecho un recorrido de 50% ginkana y 50% columpios, hemos aprendido cosas que no sabíamos sobre Bilbao pero, sobre todo, lo hemos pasado muy bien”, contaba Víctor.

Tamara Saéz y su familia, por su parte, no pudieron apuntarse en esta ocasión a la ginkana, pero aseguraron que el próximo domingo lo harán, ya que les parece “una iniciativa estupenda”. En su caso, al igual de Víctor y Bastian, también están acostumbrados a andar en bicicleta por la ciudad y aseguran que “se necesitan más carriles bici”. “Somos ciclistas urbanos, ando en bici con mi familia y me da miedo ir por carretera, me produce mucha inseguridad. Creo que el hecho de que haya carril bici te ayuda a salir y te anima a coger este medio de transporte”, relataba Tamara.

MERCADILLO DE SEGUNDA MANO

Además de la ginkana, en El Arenal se organizó un mercadillo de segunda mano de bicicletas en el que, según Ana, una de las organizadoras, estaban “triunfando las de niños”. Para aquellos que tuviesen dudas sobre la compraventa de la bicicletas, asesores de Bizieskola estaba allí para ayudar. “Las personas que ayudan y asesoran son migrantes que trabajan en arreglo y venta de bicis de segunda mano”, explicaba Ana. Y es que este mercadillo de segunda mano tenía también tintes solidarios, ya que, las personas que no lograran vender su bicicleta podían donarla a Bizieskola, un proyecto que promueve el uso de la bicicleta y apoya el desarrollo personal y laboral y la integración y regularización de personas migrantes.

Además de la ginkana y el mercadillo de segunda mano de bicicletas, los más pequeños también pudieron disfrutar en El Arenal de pruebas de habilidad. Esta iniciativa de Domingos en bicicleta, que forma parte de la campaña Bizikleta hiria, bizikletaz hobeto - Mejor en bici, se celebrará también los próximos 5 y 26 de junio.